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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción sucede en Irlanda. Sarah O'Neill es una madre separada con un hijo, Chris, de corta edad, que hace dos semanas se han trasladado a otra ciudad, a una casa en el campo, cercana a un bosque donde hay un gran hoyo que parece un cráter.
De esa forma Sarah pretende huir de su pasado de maltrato y comenzar una nueva vida, olvidándose de todo lo anterior.
Un aterrador encuentro con un misterioso vecino pone en peligro su frágil seguridad, lo que le ocasiona a Sarah auténticas pesadillas, paranoia y desconfianza.
Lógicamente Chris no acaba de adaptarse al ser nuevo en el colegio y su carácter parece que está cambiando.
Hace algunas escapadas al bosque, incluso de noche, lo que no parece normal, y esto alarma a Sarah que, al desaparecer de casa cree que ha sido secuestrado.
Al mismo tiempo esto origina cierta tensión y ansiedad en ella, por lo que visita al médico que le manda unos tranquilizantes.
Una serie de circunstancias que le ocurren a Sarah le llevan a pensar, por el comportamiento de Chris últimamente, que aquel no es su hijo o que está influido por alguna fuerza demoníaca que le hace comportarse así.
El hecho de que una vecina, Moreen Brady, que no está muy bien de la cabeza, le diga que ese no es su hijo, le hace aumentar sus sospechas acerca del pequeño, y empieza a pensar que esa mujer que creen que mató a su hijo y que está loca, tal vez no lo esté tanto como parece.
Hay una vieja leyenda irlandesa que habla de niños cambiados.
El guion de esta película reúne todos los elementos de la típica producción del género de terror, tal vez tenga cierta inspiración en ella, y los maneja de una manera prudente, dosificando los momentos en que cada uno hace su aparición y lo filma de manera elegante, aunque en algunas ocasiones utilice una música en la banda sonora demasiado inquietante que sume al espectador en un clima de terror sin que finalmente acabe pasando algo que la justifique o que una elevación de la misma provoque algún sobresalto.
Es de destacar que en el último tercio de esta historia hay algunas situaciones y hechos que no acaban de encajar, entre lo irracional y lo inexplicable, que se salen del tono general seguido hasta ese punto.
Tiene un correcto trabajo de Seána Kerslake en el papel de Sarah sobre la que recae todo el peso del argumento, bien acompañada por el pequeño James Quinn Markey como Chris que, a pesar de sus pocos años hace un buen trabajo.
Por su parte es el primer largometraje del director irlandés Lee Cronin que tras pasar por el Festival de cine de Sundance ganó el Premio del jurado al mejor film en el Festival de Bilbao.
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