, . |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El documentalista y director de televisión desde hace 25 años John Chester y su pareja Molly Chester viven en un pequeño apartamento en Santa Mónica. John es cineasta y ella es una chef privada y bloguera con programas de cocina.
Todo comienza en 2010 cuando ambos se casan y un día recogen a un bonito perro, al que ponen por nombre Todd, pero éste, con sus ladridos, molesta a los vecinos y sus amos le prometen que algún día podrá correr por el campo libremente y ladrar cuanto quiera, cumpliendo también al mismo tiempo un deseo de Molly, tras su boda, de tener una granja.
Debido a Todd les llega una notificación de desahucio y entonces ven que es el momento de tomar una determinación.
Y en efecto en cuanto se les presenta la oportunidad buscan inversores y compran una gran extensión de terrero de unos 200 acres en el condado de Ventura, en esos momentos aparentemente baldío, pero pronto se ocuparán de que esa tierra sea productiva y algún día se convierta en una granja de lo más diversa en su producción tanto de animales como de vegetación.
Para ello contactan por internet con Alan York, un especialista, que planifica todo lo que hay que hacer y al mismo tiempo invitan a algunos voluntarios que quieran aprender a llevar una granja y ayuden en la tarea de conseguir que aquella gran parcela de terreno se convierta en un lugar fértil y que dé sus frutos.
Poco a poco la tierra muerta por falta de agua es regada con un pozo e incluso construyen un estanque con peces y van llegando los animales, entre ellos la cerda Emma o el gallo Greasy y hasta el primer hijo de la pareja para culminar su felicidad.
El documental se ve ilustrado con la introducción de unos dibujos animados que de alguna manera ayudan al guion en el tema de hacer ver lo compleja que es la naturaleza, su indomabilidad, en esta odisea que John y Molly, que en compañía de su perro han emprendido con perseverancia, sin perder nunca la esperanza, lo que por otra parte trae la felicidad a sus vidas cuando van viendo, a través de los logros obtenidos, que es posible cubrir las metas de lo que se han propuesto en su superación personal.
John como camarógrafo va tomando con su cámara imágenes de cómo va evolucionando la historia de su granja en un período de ocho años a lo largo de los cuales planta diez mil árboles frutales y más de doscientos cultivos diferentes que dan su fruto y venden en el mercado para mantener la granja.
Mediante el montaje y superponiendo los planos de cómo estaba la tierra en su momento y cómo lo está en la actualidad pasado un tiempo.
La película comienza con la alarma de un gran incendio que se ha producido en los alrededores y a partir de ahí con un flash back nos hace volver al principio de esta historia para cerrar de nuevo con las imágenes del comienzo mostrando así las dificultades que ofrece el tener que enfrentarse a veces a los problemas que nos plantea la naturaleza.
Es un film sumamente atractivo e ilustrativo, al tiempo que esas lecciones que ofrece están ilustradas con una estupenda fotografía, con un mensaje ecológico, con amor por la naturaleza que ofrece infinidad de oportunidades, además de que tiene todas las respuesta que buscamos, el trabajo en equipo, e incluso con algunos momentos emotivos que se producen a lo largo del desarrollo de esta bonita historia.
Premio del público en el AFI Fest, en los premio Cinema Eye, del Festival Newport, del Festival de Palm Spring, Sarasota y en el Festival Hamptons. Premio BIFF al mejor documental y Gran premio a John Chester en el Festival Boulder. Premio Critics' Choice. Premio Lost Weekend del Film Club. Premio del gran jurado en el Festival Gasparilla. Premio al mejor director de Heartland Film y en el Festival de Sedona. Premio Hollywood a la música y la canción.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE