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CRITICA
Por: PACO CASADO
El Festival de cine fantástico y de terror de Sitges sigue siendo un buen vivero de donde se nutre la distribución para ofrecer casa semana una producción de este género con el que contentar a los muchos aficionados a esta clase de cine.
Miguel llega con su hija Elena, una joven tetrapléjica a su casa en el campo, para pasar unos días juntos, tras la reciente muerte de su otra hija, Vera, debido a un accidente automovilístico a resulta del cual Elena, que era la que conducía, se siente culpable y ha intentado suicidarse.
Ella quedó postrada en una silla de ruedas sin muchas posibilidades de movimiento, limitado al cuello y un poco en su brazo derecho pero sin mucha fuerza, atada a la silla para evitar caerse de la misma.
Debido a ello se ha acondicionado la casa con cuerdas en los tiradores de las puertas para que pueda tener más facilidad para abrirlas y también se ha instalado un pequeño ascensor en la escalera para que pueda subir con la silla de ruedas al segundo piso.
En la finca tienen a Athos, un perro pastor belga que ha sido adiestrado para tirar de las cuerdas y abrir las puertas y es obediente a otras acciones y así poder ayudarla cuando en algún momento se encuentre sola.
Pero al ir Miguel a descargar las maletas del coche le da un infarto y muere junto al vehículo.
Entre tanto Athos es mordido por un murciélago que tiene la rabia y el perro la contrae también por lo que en lugar de ser el mejor amigo del hombre se convierte en el peor enemigo de Elena, en este caso, ya que en lugar de ayudarle trata de atacarla, por lo que tiene que tratar de cerrar todas las puertas para que no entre, obligándola a desafiar los límites de su discapacidad si quiere sobrevivir frente al animal sediento de sangre.
A partir de ahí hay un desarrollo con cierta eficacia e ingenio de una historia que a pesar de tener un inicio convencional hay reminicencias de algunos títulos anteriores sobre el tema.
Esto es lo que sucede en los primeros minutos de la misma, el resto es cómo salir de esta situación de agobio de la protagonista y el suspense de si alguien en algún momento puede acudir en su auxilio.
'Cuerdas' (2019) es la asfixiante ópera prima de terror minimalista del director tarraconense José Luis Montesinos, una apuesta difícil que parece más bien un ejercicio de estilo de final de carrera, sobre esta mujer tetrapléjica acosada en esa masía en el campo por un perro que ha contraído esa extraña enfermedad que se queda sola e indefensa en la casa, y con estos simples elementos se trata de crear el suspense.
La idea de principio del guion no está mal, la cuestión es que el desarrollo tiene un cierto desequilibrio en cuanto al interés de una parte y otra.
Hay otra cuestión añadida y es que todo el peso del film se carga sobre una sola persona que está prácticamente todo el metraje sola, lo que se puede hacer un poco monótono.
Y por otra parte aunque Paula del Río no lo hace mal, teniendo que vencer sus propios traumas emocionales y los obstáculos que se les presentan, entre ellos sus miedos para sobrevivir, tal vez se hubiera necesitado una actriz con una mayor personalidad para afrontar esta cuestión, a lo que hay que añadir la dificultad de trabajar con animales y esta vez no son creados por ordenador.
La dirección consigue una atmósfera claustrofóbica que contribuye al interés de la trama.
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