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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción de este drama familiar se desarrolla en la bellísima población portuguesa de Sintra, donde vive Françoise Crémont, una famosa actriz de cine y televisión francesa, de relieve internacional, más conocida como Frankie, nombre que da título a la película.
Allí ha convocado a los miembros de su familia y algunos amigos para pasar unos días juntos al final del verano.
No obstante lo que se nos cuenta transcurre en un solo día a lo largo del cual vemos las relaciones de cada uno de los personajes con los demás, al tiempo que vamos conociendo más íntimamente a todos ellos y los secretos que guardan en sus vidas.
Frankie está casada en segundas nupcias con Jimmy y anteriormente lo estuvo con Michel Gagne, con quien tuvo un hijo, Paul, que es economista, y a su hijastra Sylvia, casada con Ian y ambos tienen una hija, Maya, que también acuden.
A la llamada de Frankie va igualmente Ilene, que como Frankie trabaja en el cine como maquilladora que vive en Sintra y que son muy buenas amigas desde que coincidieron en un rodaje.
Casualmente Ilene se encuentra con Gary, un director de fotografía, con quien tuvo una pasajera historia de amor, que está haciendo un film en España, que sigue enamorado de ella, que pretende sea la protagonista de su primer largometraje como director.
Todo este galimatías de relaciones familiares y amistades hemos querido exponerlo para ayuda del posible espectador, no se trata de hacer spoiler, sino para que se comprenda bien la relación que guarda cada uno con los demás, puesto que cuesta entrar en la trama de esta cinta.
A lo largo de la misma nos iremos enterando de los secretos y problemas que guarda cada uno de ellos, lo que constituye el meollo argumental y el motivo de la reunión.
De esta forma coinciden tres generaciones en esta cita mientras se encuentran por la calles y jardines de los bellos paisajes de la citada ciudad portuguesa.
En realidad no cuenta nada nuevo, pero mientras nos vamos familiarizando con cada uno de los personajes no hace pasar un rato agradable, con algo distinto en lugar de todo cine actual tan superficial que nada nos dice y al tiempo disfrutamos del buen trabajo del estupendo plantel de actores de que se dispone en esta historia.
El guion está escrito por Mauricio Zacarías, guionista habitual del director norteamericano de cine independiente Ira Sachs, del que se han visto en España El juego del matrimonio (2007), El amor es extraño (2914), pero del que sólo conocemos Verano en Brooklyn (2016) y ahora Frankie (2019) su séptima cinta con una estructura coral, con la que por primera vez abandona su habitual Nueva York, y en la que demuestra que le siguen interesando las relaciones humanas que expone con exquisita sensibilidad.
En ella nos cuenta los sentimientos de este grupo de personas de forma nítida y clara a través de los diálogos que se establecen entre ellos, unas veces íntimos, otras emotivos, alguno trágico, aprovechando el bello paisaje de fondo, siempre distinto en cada ocasión, en largos travellings, tocando temas como la soledad, el primer amor, el matrimonio, el divorcio, la homosexualidad, la muerte.
Toda la historia gira alrededor de Isabelle Huppert de la que no vamos a dudar de la calidad de su trabajo que ha demostrado a lo largo de sus muchos títulos memorables, pero nos quedamos también con el encanto y la simpatía de Marisa Tomei, entre los protagonistas de este drama familiar.
Tiene una bonita banda sonora de Dickon Hinchliffe en la que se incluyen piezas a piano de Debussy y Schubert.
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