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CRITICA
Por: PACO CASADO
A poco de terminar el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges se aprovecha para rentabilizar en las pantallas comerciales la publicidad obtenida de las películas que por allí han pasado.
Y si además tienen premio, mucho mejor, como le ocurre a 'Species: Especie mortal' (1995), que tuvo el privilegio de inaugurar la competición de este año y que logró el trofeo a los mejores efectos especiales.
Se nos dice que desde hace tiempo una potente emisora envió un mensaje a las ondas exteriores y ahora, al cabo de unos años, se recibe una respuesta para que los científicos puedan mezclar un óvulo humano con una secuencia de ADN de momento desconocida.
De uno de estos experimentos se obtiene como resultado Sil, una guapa chica que en pocas semanas se transforma en una espléndida y sensual mujer bajo cuya apariencia se esconde un feroz monstruo que puede cambiar y transformarse en una máquina de matar en un abrir y cerrar de ojos, que puede resultar letal para la humanidad.
Los científicos, asustados, tratan de eliminarla, pero escapa rápidamente de su alcance y pone en acción su espíritu reproductor y depredador, por lo que cuando no consigue lo que desea, mata a quien le sale al paso o a todos aquellos que tratan de impedir cumplir con su objetivo.
Cuando esta hembra asesina, mitad humana y mitad alienígena, se escapa del laboratorio de observación, una serie de personas, entre ellas un ex oficial de Marines especializado en detención y extermino, un hombre de color con poderes telepáticos, una doctora en biología molecular y un profesor en antropología, son enviados por el Gobierno en su búsqueda para encontrarla y atraparla a toda costa antes de que consiga copular con un humano y logre reproducirse.
Lo que en un principio tiene el interés de saber por donde va a desarrollarse la historia, pronto se va a convertir en un previsible film de acción, que se hace rutinario, en el que ese grupo de personas va en busca de un monstruo, que más que eso es una pobre víctima de los experimentos científicos, que no sabe de donde viene, ni entiende por qué actúa así.
La cinta juega una vez más con los peligros de una invasión extraterrestre, pero sin embargo en esta ocasión los invasores no son representados como seres extraños o repugnantes, sino que este peculiar monstruo adopta la forma de una bella muchacha con unos espléndidos atributos físicos.
La verdad es que para un director como Roger Donaldson, autor de títulos como Cadillac Man (1990), Cocktail (1988) o No hay salida (1987), la introducción en el género de la ciencia ficción no ha sido muy afortunada, a juzgar por los resultados obtenidos en esta película, que tiende más a la acción de esta última que a las otras comedias citadas.
A resaltar la presencia de la debutante Natasha Henstridge, que llama la atención más por su belleza y su físico que por sus dotes interpretativas, y el logro de los efectos especiales, tal vez justamente premiados en el festival de cine de Sitges. Premio MTV a Natasha Henstridge y Anthony Guidera por el mejor beso.
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