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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un agente de la CIA sin nombre, se somete a unas pruebas de selección muy exigentes, soportadas por muy pocos y superadas por menos, para formar parte de una operación con una misión sumamente comprometida, que se desarrolla más allá del tiempo real, es reclutado por una organización cuya palabra clave es Tenet.
Una vez se ha hecho creer que ha fallecido, al despertar, descubrirá que ha superado el reto y conocerá a su nuevo equipo. El desafío al que se enfrentan, efectivamente, no es una banalidad: se trata de evitar la Tercera Guerra Mundial.
Este equipo deberá operar en unas condiciones físicas insólitas y afrontar un peligro superior a una conflagración nuclear.
Nos hemos permitido la licencia de transcribir esta especie de sinopsis de esta película para que el espectador tenga, más o menos, una posible idea de por donde van los tiros, porque la historia puede resultarle un auténtico galimatías.
El cine de Christopher Nolan es muy personal ya que en algunos de sus films se empeña en complicarle la vida al espectador, caso por ejemplo de Memento (2000), Insomnio (2002), Origen (2010), aspecto que deja a un lado cuando hace productos más comerciales, aunque no por ello exentos de calidad, como Batman Begins (2005), El caballero oscuro (2008), Interstellar (2014) o Dunkerque (2017), entre otros.
No sabemos si con ello quiere elevar su cine a una categoría superior, más intelectual, o como es el caso, revestir o disimular con ello una vulgar cinta de espionaje.
Aquí el crítico no puede cumplir la norma de tender un puente entre el creador de la obra y el espectador, al que va destinada, para facilitar su comprensión, al no ser asequible, ni fácil de entender y de esta manera pierde la razón de ser del cine al no llegar el mensaje claro a su destino.
Con 'Tenet' (2020), creemos que una vez más Nolan se equivoca, ya que lo que podría haber sido una estupenda película de espionaje y de acción al estilo de las novelas de John Le Carré, por ejemplo, se convierte en un festín de la confusión al introducir la ciencia ficción con el manejo del tiempo, jugando tanto con el pasado como con el futuro y a veces el público no sabe en qué momento del tiempo se encuentra.
En una escena, mientras unos corren hacia adelante otros lo hacen hacia atrás lo que resulta ridículo y hasta cómico, como las explosiones de las bombas o la destrucción de los edificios con un truco de lo más elemental desde los inicios del cine, igual ocurre en otra secuencia con coches en sentido inverso y aquí no sucede lo mismo.
Eso se agudiza especialmente en la última media hora de la trama en la que más se usa esa cuestión temporal, por más que en una de las primeras escenas se trate de explicar con la imagen de la bala invertida, que tampoco es que quede claro.
A lo largo de la narración se incluye una intriga en la que se habla de la destrucción del mundo, del tráfico de armas, de un cuadro de Goya, de lingotes de oro, de obtener unas porciones de plutonio 241 y de conseguir un algoritmo para tal fin.
Por más que al final se quiera reflexionar y recomponer el complicado puzzle no hay forma humana, ya que nada encaja o deben faltar piezas, si es que alguna vez las hubo.
En medio se introduce también el drama de Kat, la esposa de Andrei Sator, que es el desquiciado malvado ruso de esta historia, a la que le propone dejarla en libertad si no ve nunca más a su hijo algo que ella no acepta.
El protagonista, sin nombre, recae en el actor de color John David Washington, acompañado por Robert Pattinson y como oponente a combatir un casi irreconocible Kenneth Branagh, que cumplen.
Posee una música un tanto original que se nos antoja de no mucha calidad.
El título de 'Tenet' se lee igual hacia adelante o hacia atrás, lo mismo que se hace con el tiempo, lo que es significativo.
La pena de lo malogrado de este film es que al británico director Christopher Nolan no se le puede negar que sabe rodar y que aquí consigue un caro espectáculo lamentablemente fallido.
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