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CRITICA
Por: PACO CASADO
Pier Paolo Pasolini es un director polémico que sabe dotar a su obra de un sello personal que en esta ocasión se inspira en la novela del Marqués de Sade 'Los 120 días de Sodoma', escrita en 1875 mientras se encontraba preso en la cárcel de la Bastilla y centra su acción a finales del reinado de Luis XIV.
En la Italia de la Segunda Guerra Mundial, cuatro altos funcionarios del gobierno, fascistas libertinos, con la ayuda de soldados nazis, arrestan a un grupo de 18 personas adolescentes y los someten durante ciento veinte días a tortura física, sexual (sodomía, violación), mental, perversión, humillación y degradación, cuyas imágenes son difíciles de olvidar.
Es un ataque a los sentimientos del espectador ante tanta violencia.
Un intelectual como Pasolini recoge el relato y lo aparta del cientifismo histórico y lo pasa a otra realidad, criticando a través de las imágenes lo que le conviene y lo convierte ante todo en una película de contenido político en la que parte de tres conceptos: el hambre, el sexo y el dinero, premisas básicas para captar su auténtica dimensión.
Para ello es dividida en cuatro tiempos y a través de ellos va construyendo su narración.
Pero a Pasolini le falta la fluidez de los grandes directores norteamericanos para en un simple plano reflejar toda una atmósfera cinematográfica, ya que su cámara es puramente estática con grandes tiempos muertos, lo que hace que al espectador le cueste meterse en ella.
Su cine es frío, pese a la dureza de las imágenes, a la belleza de la composición de los planos, a su gran dirección de actores.
Esto no quiere decir que su obra no sea importante ya que se trata de cine de autor que todo buen aficionado debe ver, aunque sea demasiado literario y con muchos trucos, pero con una gran virtud que es la sinceridad en la que cree su autor.
El film está bien resuelto, con un magnífico relieve emocional, con una ambientación maravillosa, con una fotografía de una gran belleza plástica y el acompañamiento musical de Ennio Morricone es muy adecuado.
La interpretación es muy buena y todos están a un mismo nivel, bien encajados en sus respectivos cometidos dando vida fielmente a lo que cada personajes quiere decir y demostrar.
No obstante es una obra difícil de comprender por parte del gran público que se quedará sugestionado por su forma, desagradable en sumo grado.
Cinta con algunos defectos y muchas virtudes que ha marcado un hito en la historia del cine desde su estreno mundial en el Festival de París en 1975, con un largo historial de secuestros, críticas feroces y otras alabanzas, pero siempre quedará ahí como la obra personal de un poeta de la imagen como es Pier Paolo Pasolini.
Como cine de autor se necesita una cierta preparación previa por parte del espectador, y un conocimiento de lo que ha movido al director a producir esta obra.
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