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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el año 1982 se hacía Creepshow, la primera película sobre los famosos tebeos norteamericanos que aquí se denominaron como Creepy, que fue llevada a cabo por el especialista en el género de terror George A. Romero.
Ahora, cinco años más tarde, y dado el éxito conseguido por aquella primera, se hace una segunda entrega, en la que de nuevo es Stephen King el inspirador de las historias y también George A. Romero el encargado esta vez de hacer sólo el guion, renunciando en este caso a la dirección, que se le ha entregado al desconocido Michael Gornick que tras realizar dos series de televisión y participar en un segmento de un video sobre Stephen King, debuta con este film en la dirección de un largometraje.
Si en la primera cinta era cinco los episodios, que en España fueron reducidos a sólo cuatro, en esta nueva producción son únicamente tres.
El primero de ellos es El gran jefe cabeza de madera, que cuenta la historia de una estatua de un viejo jefe indio de esta materia que toma venganza del asesinato de los dueños de la pequeña tienda, los ancianos Ray y Martha Spruce, en la que sirve de reclamo en la puerta principal del establecimiento, cuando éste está haciéndole una reparación.
El segundo es La balsa, en el que dos parejas de jóvenes compuestas por Deke y Randy y Laverne y Rachel, van a bañarse en un lago próximo y cuando están subidos en una balsa en medio del mismo se ven acosados por una extraña mancha que amenaza con engullirlos.
Y finalmente el tercero es El autostopista, que cuenta el adulterio llevado a cabo en Maine por la infiel Annie Lansing, una señora que llega tarde al aeropuerto para reencontrarse con su marido, y con las prisas, pierde el control en la carretera y atropella a un autostopista por el camino, que se le presenta amenazante hasta llegar a su destino.
En cualquiera de los tres episodios se encuentra la fantasía habitual del escritor Stephen King, abundando más en ello sobre todo en el primero, sobresaliendo la inquietud y el suspense en el segundo y siendo más abiertamente terrorífico el tercero, estando todos ellos correctamente realizados y consiguiendo entretener con cualquiera de los tres cuentos que componen la narración.
En el reparto encontramos, como ya ocurría en la primera película, con una vieja gloria del cine como Dorothy Lamour, un veterano como George Kennedy y un joven valor en la persona de Lois Chiles como figuras más destacadas del reparto.
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