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CRITICA
Por: PACO CASADO
Sección oficial del festival de cine iberoamericano de Huelva.
Don Oscar es el jefe de un pequeño cártel de la droga en un pueblo perdido que se siente sumido en la ruina de su decrépito imperio criminal, a pesar de que si lo hubiera querido habría sido el dueño de este negocio.
Únicamente un puñado de hombres de su guardia más fiel permanece a su lado, pero es perseguido por los esbirros de Duberney, la banda rival, mientras que la policía vigila todos los movimientos que se producen en su casa, pero a pesar de todo no piensa en rendirse.
Lo que motiva todo lo que le ocurre es debido a una deuda que no ha pagado a ese capo de la droga, lo que comienza a tener sus consecuencias, ya que primero ha caido uno de sus hombres y detrás va él.
Debido a ello tiene que esconderse en un lugar apartado en el campo con su guardaespaldas, a donde se ha llevado a un par de prostitutas con las que pasar el tiempo menos aburridos.
Entre tanto su mujer, que se enfreta al dilema de abortar, le es infiel con uno de sus hombres, mientras él padece de infertilidad.
Joimar, el más joven de los dos jardineros que arreglan el patio de su casa, sin querer derriba una estatua que hay en el jardín de una virgecita y en el interior del pilar que le sirve de base, que está hueco, descubre que hay una bolsa negra repleta de dolares, dinero con el que quiere recuperar su moto que tenía empeñada y huir con su chica.
El dinero que Don César tenía escondido pasa de mano a en mano cuando van muriendo uno tras otros en una auténtica orgía de sangre en que se convierte este trágico film.
Pero la lealtad tiene sus dudas ya que conforme el número de muertos va aumentando se precipita el final para Don César.
Se trata de un thriller negro en torno a una serie de matones de tercera categoría que se debaten entre sí en la ciudad colombiana de Tuluá.
Una historia que desafía todos los clchés del género.
Es un thriller violento que nos descubre a modo de sátira y en clave de realismo sucio, la que realmente existe entre los cárteles colombianos de la droga donde en cada localidad hay un jefe que domina el territorio que tiene a su alcance y en el que ante una simple deuda de droga, están prestos en tomar las armas y convertir en una matanza a todo un clan de esbirros al servicio del correspondiente señor de la droga.
Carlos Moreno es uno de los directores colombianos más destacados, con más de una veintena de títulos en su haber entre series de televisión, documentales y largometrajes, que debutó con 'Perro come perro' (2008), que tuvimos ocasión de ver en este mismo certamen de cine iberoamericano onubense, en el que ya marcaba el estilo violento de su cine, que vuelve a utilizar, una vez más, en éste de momento último título de su filmografía que es el octavo entre los de ficción que ha realizado.
El cineasta se implica de nuevo en ese duro ambiente del hampa más sangrienta del Valle del Cauca que es el telón de fondo en el que se enfrentan las dos bandas que protagonizan esta historia y a las que mueve únicamente la ambición por el dinero.
Tiene unas cuantas escenas de un predicador que bien se prodrían haber suprimido ya que no aportan nada al conjunto de esta obra.
Una discreta realización y un puñado de actores que no destacan con sus actuaciones constituyen el logro de esta cinta.
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