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CRITICA
Por: PACO CASADO
Sección oficial del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
El cine argentino, uno de los más potentes del paorana sudamericano, no podía faltar a la cita de cada año con el certamen onubense, aunque en esta ocasión nos da la impresión de hacerlo con una película menor, ésta que comentamos que se presenta con su título partido, en una primera parte La muerte no existe, mientras que en una seguda aparece Y el amor tampoco como si quisiera tocar dos tema distintos por separado, como es la muerte de una amiga de la protagonista y el amor de esta misma con un antiguo novio al que encuentra de nuevo, del que parece no haberse olvidado.
La acción comienza con Emilia, una joven psiquiatra que al principio recibe una agresión, de la que es curada en el hospital donde ella trabaja.
De momento tiene una vida estable viviendo con Manuel, su novio, en Buenos Aire, que está a punto de marcharse a Berlín con una beca, pero tal vez no se siente totalmente satisfecha.
Un día recibe la visita de Jorge, el padre de su mejor amiga, Andrea, que la invita a volver a su ciudad natal 28 de Noviembre (así se llama el pueblo) en la fría Patagonia, para esparcir las cenizas de ella que murió hace cinco años, pero el uso de su sepultura ha caducado y hay que sacar los restos e incinerarlos y se desplaza hasta allí para asistir a la ceremonia de esparcir las cenizas.
La nieve y el frío del duro invierno en el sur del país son el escenario de este viaje al pasado para llorar a su amiga con la familia, al tiempo que regresa a su mente la amistad con Andrea.
En el pueblo vuelve a encontrarse con Julian, el que fue su primer amor que tras marcharse a España volvió, pero ella ya se había ido a Buenos Aires, se casó y acaba de tener su primer hijo recietemente.
También hace una visita a su padre, al que al parecer apenas veía, ahora casado con otra mujer, Carmen, pero no queda claro en que situación están sus relaciones con él.
El guion de esta historia surge de la adaptación de la novela Agosto, segunda escrita, en 2010, por Romina Paula, en la que la protagonista debe enfrentarse a los recuerdos de los dos temas que aparecen en el título de la película, por un lado la muerte y por otro el amor.
El relato en un principio resulta un poco confuso, tal vez porque la descripción de los personajes no es la más clara ni correcta y por otra parte tampoco la identidad de éstos mismos, por lo que cuesta un poco entrar en la historia que nos presenta.
Tanto en la novela como en la cinta se plantea esa duda que nos queda siempre de saber si la vida hubiera transcurrido por otros derroteros si en lugar de haber actuado así lo hubiéramos hecho de otra manera y cómo enfrentarnos a la desaparición de una persona querida.
En el reparto figura en un pequeño papel la propia autora de la novela, Romina Paula, en un elemneco que protagoniza Antonella Saldicco que encarna al personaje de Emilia.
Fernando Salem es un cineasta que procedente de la televisión donde ha hecho casi una decena de series, que tras realizar tres cortos, debutó en el largometraje con Cómo funcionan casi todas las cosas (2015) y ahora nos ofrece el segundo de sus títulos de ficción al que pensamos que le falla el guion al tener que adaptar el caracter epistolar de la novela, aunque por su parte no hay pegas en la dirección.
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