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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es un mediometraje de tan sólo 51 minutos de duración que desarrolla una situación única en torno al complicado rodaje de una película, lo que es elegido como excusa para el encuentro entre dos de las actrices, así como los problemas que surgen con el director, un periodista que trata de entrevistar a una de ellas, con el director de fotografía, la iluminación, un director novato que quiere hacer su ópera prima con una de ellas y la persigue por todo el plató...
Charlotte Gainsbourg ha sido elegida para interpretar un film titulado 'L'ouvre de Dieu' que es el primero que dirige Béatrice Dalle que cuenta una historia que se desarrolla en la Edad Media, un tiempo en el que las mujeres que eran consideradas brujas, por alguno de sus actos, eran fácilmente condenadas a ser quemadas en la hoguera.
Así hay un prólogo en blanco y negro en el que se mezclan imágenes de dos cintas clásicas 'Dies Irae' (1943) de Carl Theodor Dreyer y 'La brujería a través de los tiempos' (1922) de Benjamin Christensen, mientras que la primera parte de 'Lux Æterna' consiste en una larga charla, improvisada, de las dos actrices, una sentada frente a la otra, en la que hablan de diversos temas, mientras que en la segunda mitad ambas son requeridas en el plato para llevar a cabo el rodaje de la historia que han de interpretar y dirigir respectivamente, que consiste en un momento en el que tres mujeres han sido condenadas y las han atado a sus correspondientes postes para ser quemadas en la hoguera.
Pero los problemas van surgiendo de manera sucesiva con cada uno de los aspectos del rodaje, bien sea con el maquillaje, el director, la fotografía, las luces y un largo etc.
Es un breve, lo decimos por la duración, retrato de lo que es un rodaje cinematográfico en el que interviene una gran cantidad de personas, cada una con una labor determinada, que si no son coordinadas y dirigidas de forma acertada surge el caos, que es lo que se refleja, con bastante ironía, a lo largo del metraje de esta película.
Con frecuencia el director argentino Gaspar Noe, afincado en el cine francés, ensaya con el lenguaje cinematográfico en sus films y aquí no iba a ser menos.
La conversación al inicio de las dos actrices se hace a base de la pantalla partida en dos, otras veces experimenta con la luz o con el formato de filmación, ensayos que se nos antojan más bien caprichosos o experimentales en lugar de ir dirigidos a una idea premeditada de la narración, etc.
Está realizada casi sin guion y a base de mucha improvisación, acelerada por la prisa por llegar a tiempo para ser presentada en el Festival de cine de Cannes.
A juzgar por las críticas de sus títulos anteriores Irreversible (2002), el colectivo 7 días en La Habana (2012) y Climax (2018), no cabe duda de que tiene una serie de seguidores a los que les gusta los experimentos que hace en sus cintas, como igualmente ocurre con determinada crítica, entre la que no nos encontramos, pero es palpable que su cine es más bien experimental y que no es para el gran público ya que no suele atenerse a una normativa clásica.
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