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CRITICA
Por: PACO CASADO
A la cinematografía italiana le ha dado últimamente por la moda de rodar las películas en Estados Unidos, da igual el género al que pertenezcan, o al menos situan los argumentos en ese país, aunque después se truquen los exteriores y se intercalen con el resto filmado en los estudios.
Esto es lo que sucede con este film, cuya acción comienza en Egipto, lugar a donde el profesor George Hacker, arqueólogo, su esposa Emily y sus hijos Tommy y Susie, que constituyen su familia, van de visita en viaje mitad turístico y mitad profesional.
Cuando el arqueólogo abre una de las tumbas egipcias libera accidentalmente a un espíritu maligno y su hija pequeña resulta poseída por la entidad que ha sido liberada.
En esos momentos comienzan a suceder fenómenos extraños, que después van a continuar cuando vuelven a Manhattan, con sangrientos asesinatos.
La ceguera temporal del protagonista, los fenómenos y voces extrañas que se producen en la casa donde viven y la muerte de varios de los personajes que intervienen en esta historia, se van sucediendo a lo largo de la narración, motivadas por un extraño medallón que posee la hija del matrimonio y en el que se nos dice que se concentran miles de años de maldad, que es lo que motiva estos diabólicos y terroríficos acontecimientos.
Cinta contada de forma lineal con cierta vulgaridad en la realización ya que nada nos suena a nuevo, con una gran pobreza de imaginación, lo que hace que no se logre disimular lo artificial del relato.
Todo ello dentro de la moda actual de rodar películas del género de terror, imitando a notables precedentes de la historia del cine a los que no se llega nunca a igualar.
El film tiene una correcta fotografía en color, una endeble dirección e igual ocurre con la interpretación, con una música adecuada para subrayar los momentos más emocionantes de la acción.
En definitiva el resultado es una cinta vulgar que no logra engañar ni asustar a nadie.
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