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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tom Carter, un atracador, que ha robado en doce bancos durante los últimos ocho años en pequeños pueblos, con un botín total de nueve millones de dólares, uno de ellos en donde su padre tenía el dinero de su pensión que le fue arrebatada por su empresa y murió.
Así comenzó su carrera delictiva por tomarse esa pequeña venganza y de camino limpiar su nombre.
Ahora se ha trasladado a vivir a Boston donde va a alquilar un pequeño almacén en el que meter sus muebles y enseres personales y se enamora de la dueña de la agencia, Annie Wilkins.
Un año después tratan de formalizar su relación y vivir juntos.
Ella es una mujer divorciada y desea esperar a dar un sí, aunque finalmente accede, pero él decide entregarse a la policía porque está muy enamorado de ella y quiere se un ciudadano honesto y llevar una vida horada.
Para ello hace un trato con la policía de entregar todo el dinero robado y tener una condena breve de dos años pero cuando descubre que los dos agentes federales del FBI, Nivenss y Hall, son más corruptos que él, se quedan con el dinero, y lo acusan de matar a su jefe, tratará de aplicar su experiencia como marine para llevar a cabo su venganza.
Eso no es más que un primer tercio del argumento de esta producción policiaca como muchas de las que ha interpretado en los últimos años Liam Neeson, un actor que en la madurez de su carrera parece que se ha especializado en un héroe de acción en ese genero haciendo de justiciero como si hubiera heredado el papel que durante los últimos años hizo Charles Bronson, cuyas películas no son merecedoras de premio, pero no cabe duda de que gustan a los espectadores.
Aquí encarna el actor irlandés a un ladrón arrepentido que de paso descubre la corrupción policial más subyacente en este brutal film de suspense.
Es un policiaco de serie B, como muchos de los que estamos acostumbrados a ver en la televisión casi a diario, sin más interés que algunas escenas de acción, varias persecuciones en coche y la denuncia de una policía corrupta como tantas veces suele ocurrir en las historias de este género, realizada a buen ritmo, con varias peleas y tiroteos.
En la trama se ve involucrada, sin tener nada que ver, Annie, a pesar de que Tom le dice que se vaya de la ciudad, pero no le hace caso y vuelve a la oficina por la tarjeta de seguridad donde se ven robando a los dos policías corruptos.
Liam Neeson a sus 68 años se desenvuelve bien en este tipo de cintas como si estuviera aún en sus tiempos jóvenes.
Mark Williams hace con este título el segundo largometraje que realiza, que lleva a cabo con un trazo austero, el ritmo y el suspense necesario, aunque sepamos que tendrá un final previsible como suele ser habitual en estos casos.
Una película tan honesta en sus intenciones, que no son otras que las de hacer un cine de acción para divertir al espectador, como el título de la misma.
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