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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aprovechando que el propio director Wong Kar-wai ha remasterizado en 4k esta obra suya, se repone ahora de nuevo en las salas comerciales españolas.
Esta película pertenece a una trilogía que en España conocemos de forma incompleta que se compone de 'Chungking express' (1994), 'Deseando amar' (2000) y '2046' (2004).
Estas dos últimas empezaron a rodarse de forma simultánea y según el director constituyen casi un mismo film y tienen muchos puntos de contacto.
Aquí se cuenta la historia de un escritor que creía escribir sobre el futuro, cuando en realidad lo hacía sobre el pasado.
En su novela cuenta que un misterioso tren sale de vez en cuando con destino al año 2046 y todos los pasajeros que se montaban en él tenían el mismo propósito, recuperar los recuerdos perdidos.
Se decía que en el año 2046 nada iba a cambiar, pero nadie lo sabía con certeza si sería verdad porque ninguno de los que tomaron ese tren había vuelto nunca, con una excepción, él estuvo allí y se marchó de motu propio porque sí quería cambiar.
El periodista Mr. Chow, que en Deseando amar (2000) era el protagonista, que tenía una frustrada historia de amor, un adulterio intuido, aquí se ha reciclado en un escritor que escribe novelas de ciencia ficción, que huye de su pasado, de su fracaso con la única mujer de la que se enamoró de verdad, cuyos personajes viajan en un tren hacia un futuro año 2046 donde encontrar sus recuerdos del pasado y olvidar los propios desengaños amorosos que el autor arrastra, preso de su pasado donde se encuentra a gusto.
Esa cifra no es otra que la de la habitación que tenía en la cinta anterior donde vivía su historia de amor frustrado.
Cuando llega a este nuevo hotel pide el mismo número de habitación pero está ocupada y toma la 2047 desde donde vive otras historias de complicados amores con varias mujeres.
Es un profundo poema íntimo, un viaje trágico en el espacio de la mente donde se dan cita los recuerdos de encuentros con irreales hermosas mujeres.
En este sentido el director se muestra siempre pesimista sobre las dificultades de la relaciones amorosas.
Película muy compleja por la mezcla de tiempos y espacios, de personajes y de acciones, con la que hay que identificarse o de lo contrario no gusta, como ocurre con todo el cine de Wong Kar Wai, un director hongkonés apasionado por la estética de sus films, el ritmo ralentizado, el uso del color o la elección de los planos y sobre todo la función que en ellos ejerce la música, y muy especialmente su gusto por los ritmos latinos que eran los que estaban de moda en su país en los años 60 en los que en parte se desarrollan sus cintas.
Así se incluyen canciones como Siboney, Perfidia de Nat de King Cole, de cantantes como Connie Francis, Dean Martin y temas de ópera, Casta Diva, Norma, El pirata, de Bellini, entre otros.
El guion está inacabado, con una estructura narrativa confusa y un final abierto para que el espectador dé las soluciones que crea más convenientes o más le apetezca.
El protagonista vuelve a ser Tony Leung, actor fetiche de este director, y cuyo reparto se ha enriquecido con dos estupendas actrices, musas de Zhang Yimou, Gong Li y Zhang Ziyi, mujeres fascinantes que se incorporan al universo de este director que deja que cada espectador busque la solución final en su imaginación a este drama romántico, lírico y futurista.
Premio en Valladolid a la mejor fotografía y el Fipresci. Premio Chlotrudis. Premio European. Premio Gold Derby. Premio Golden Bauhinia a Tony Leung y la fotografía. Premio a la música y dirección artística en el Festival Golden Horse. Seis premios Hong Kong. Premio Mainichi. Premio Sant Jordi. Premio a Tony Leung y a la fotografía en el Festival Tallin Black Nights. Premio Village Voise a la fotografía.
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