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CRITICA
Por: PACO CASADO
Después de concursar en varios festivales llega a la plataforma de Filmin 'Ham on Rye' (2019), de Tyler Taormina.
Cuenta un rito de iniciación que lleva a cabo una generación de adolescentes, en la década de los años 80 y 90.
Una película que es como una especie de semidocumental reconstruido en torno a un pueblo norteamericano sin nombre, en un domingo, acerca de la costumbre de los adolescentes que se solía hacer en aquellos años, que poco tiene que ver con el cine gamberro de chicos universitarios que se hacía con bastante frecuencia y que tenían tanto éxito entre los espectadores jóvenes de esos momentos, que trata de reflejar la problemática de los integrantes de la generación de esas décadas.
La narración se inicia con un grupo de amigas, en torno a los 17 años, que se visten con las mejores galas, lo que hace pensar que van al baile de graduación o a la llamada puesta de largo, pero no, van a Monty's, un lugar en el que como reza en la puerta "Se saborea el momento desde 1952".
Unos van a pie, otros en coche, en patinete, skateboard, en grupo o solo, mientras por el camino hablan de que pronto serán mayores o de los gustos de cada una de convertirse en ama de casa, cocinar o viajar, mientras que los chicos tienen como objetivo hacer el amor.
Alguno ensaya la forma de cómo entrarle a una chica, mientras otros son tímidos y no se atreven a ligar.
En Monty's, un lugar de bocadillos, por lo visto se come, entre otros, pan de centeno con jamón, y después se monta la fiesta con música de baile en la que las chicas se ponen en fila y son los chicos los que eligen pareja y ellas con el dedo hacia arriba o hacia abajo los aceptan o lo rechazan.
Se inicia con música rítmica y se termina con otra más lenta y todos abrazados bailando, tras lo cual regresan a casa al atardecer.
La película tiene una segunda parte más triste en la que los chicos, ya en casa, cenan con los padres, lo que resulta más aburrida, ya que en la mayoría de los casos no sucede nada que destacar, y no es que la primera mitad sea mucho más divertida.
Es la historia de esos jóvenes y el miedo a entrar en la edad adulta, que está interpretada por más de un centenar de actores, la mayoría de ellos no profesionales y algunos incluso infantiles, con ese ritual de baile, en el que se hacen amistades y se forman parejas tal vez de cara a un futuro.
El film tiene una realización hecha en la mayoría de los casos a base de primeros planos que captan gestos, lentas panorámicas, planos detalles aunque éstos no señalen nada importante, tan sólo por ejemplo las zapatillas deportivas que calzan los jóvenes o algún que otro aspecto, mientras que a veces esos planos resultan vacíos de contenido o se limitan a mostrar un bello paisaje o un contraluz al atardecer y en la mayoría de los casos sin apenas diálogos o éstos son intranscendentes.
La banda sonora de Deuter está ilustrada con más de una veintena de canciones de la época, aunque no muy conocidas en general.
En cuanto a la interpretación apenas destaca una decena de jóvenes de ambos sexos sobre los demás no profesionales, que son extras de relleno.
Es la ópera prima del músico norteamericano, convertido en director, Tyler Taormina, que junto con el guionista Eric Berger, con buena intención han tratado de hacer un retrato sobre esos jóvenes y su costumbre de iniciación que de alguna manera tiene un carácter universal, ya que de una forma o de otra suele ser así en muchas partes del mundo, algunos se marcharán a la universidad y otros se quedarán en el pueblo.
Premio del público en el Festival de New Hampshire.
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