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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción en el año 2524 y comienza en una estación espacial donde una pareja cree estar sola, pero son atacados por algo desconocido.
Dan la alarma a la Tierra y todo se pone en movimiento para solucionar pronto el posible problema de lo que puede ser el avance de un ataque extraterrestre.
Se busca de inmediato a James Ford, conocido como el General Carnicero que, aunque está jubilado, acude a la llamada y vuelve a entrar en servicio.
Junto con varios hombres y una científica que sabe manejar la potente Bomba Q se colocan los trajes espaciales y van al lugar del problema, aterrizando en una especie de pinar donde es atacado parte del grupo y uno queda herido, mientras que Ford y los otros llegan a otro lugar pero pronto se reúnen en el Cuartel de la Alianza donde tras la desinfección de un grupo de personas éstas se convierten en zombies que los atacan.
Pero no son ellos el problema sino los que vienen desde fuera.
En esa sociedad futurista, ese grupo de científicos y soldados debe proteger a la humanidad de una raza alienígena con el poder de infectar y controlar a los seres humano.
Ese grupo de soldados lanzan un ataque contra esa civilización alienígena que acaba de ser descubierta con la esperanza de evitar una guerra interespacial.
Ciertamente que hemos visto a lo largo de nuestra extensa carrera de crítico muchas películas de ciencia ficción situadas en el espacio, pero pocas recordamos que esté tan mal contada como 'Cosmic sin' (2020).
El argumento parece estar hecho para que se suceda una situación de enfrentamiento contra otra sin solución de continuidad, sin que apenas veamos a un enemigo, los Sigeas, que según dicen con la raza perfecta, ni cual es realmente su intención.
El guion de Corey Large y Edward Drake es deslavazado, insustancial, insulso, desordenado, y con respecto a la puesta en escena Edward Drake nunca nos da un punto de referencia en la que apoyarse el espectador para saber dónde se encuentran los protagonistas, ni contra quienes se enfrentan realmente.
En cuanto a los recursos de producción nos parecen demasiado pobres reducido a unos vistosos y espectaculares trajes espaciales y poco más.
No nos acabamos de explicar que un actor consagrado como Bruce Willis tenga necesidad de hacer un producto tan vulgar y endeble como este que parece más propio de un telefilm al uso, al frente de un reparto de actores poco conocidos.
La dirección corre a cargo de Edward Drake que tras debutar detras las cámaras con un largometraje de ficción hace con éste su tercer título como director con el que en cualquier escuela de cine no habría aprobado el curso.
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