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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine que se hacía en Cataluña, en otros tiempos, se dividía en dos clases: una, cine comercial, malo, horrible, realizado entre otros por Ignacio F. Iquino y compañeros mártires y también había otra segunda que trataba de ser diferente filmada por los componentes de la llamada Escuela de Barcelona, que hacía productos muy avanzados, intelectualmente hablando, que intentaban descubrir una nueva manera de hacer cine imitando a la Nueva Ola francesa, que no siempre eran interesantes o entendibles para el gran público.
Esta película catalana, a la que nos enfrentamos, podría ser catalogada en este segundo apartado ya que al parecer cuenta con la colaboración de una escuela de cine, pero mucho nos tememos que si lo que se aprende en ella tiene como resultado un film como este, mal vamos.
En algún sitio hemos leído que se trata de contar la historia de un director de cine, fugitivo en el exilio, llamado H, que vuelve a la ciudad industrial de la que huyó en el pasado, en un tiempo y lugar desconocidos, para acabar una película bajo amenaza.
Puede quedarse si acepta las normas, pero cualquier deseo carece de importancia y el recuerdo es innecesario.
Se encuentra con Gloria, la mujer trabajadora a quien amaba y dejó atrás, que vive luchando por sobrevivir a la monotonía y la rutina, por lo que trata de convencerla para huir juntos de un mundo corrompido donde no hay esperanza, ni libertad.
Estas notas podrían dar una idea de lo que al parecer se quiere contar, pero no acabamos de verlo por ninguna parte.
Comienza con el director con un tomavistas filmando a un niño de pocos años preguntándole si sabe lo que es una leyenda y que le cuente una, que no sabemos qué tiene que ver con el resto de la historia con toda una primera parte que se desarrolla de noche y de fondo unas luces pertenecientes a una instalaciones petroquímicas o una refinería, en lo que se insiste de forma machacona.
Ya la segunda mitad se desarrolla en un paisaje de día, con un bello atardecer en una refinería.
Más adelante H y Gloria llegan a una casa deshabitada y un tercer personaje, Akim, les lleva comida y también H caza un jabalí.
Lo que vemos no tiene la más mínima unidad, ni continuidad argumental, y de vez en cuando se insertan algunas imágenes en blanco y negro, que está llevado a cabo como un cine experimental con un tono pedante y ritmo cansino.
Las imágenes no tienen una continuidad, los diálogos resultan muy forzados o son abstractos, los colores resultan muy apagados llegando a ser grises o casi negros.
La única música que utiliza son fragmentos de una coral de Bach.
Es la ópera prima de Jorge Acebo Canedo en la que trata de emular a directores consagrados que hacen un cine muy especial y fuera de los márgenes comerciales y así le ha salido, indigna de proyectarse en una sala comercial donde el público paga una entrada y puede salir defraudado.
Al final de los créditos se nos comunica que han sido utilizados "Extractos de Bach, Lumiere, Rossellini, Murnau, Bresson, y de libros de Hedegger, Jünger, Char, Nietzsche, entre otros" autores a los que les ha hecho un flaco favor citándolos en una cinta como ésta, que además no encontramos por ninguna parte.
Perdonen nuestra ignorancia.
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