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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un hombre amnésico, que ha recuperado la memoria, se ha convertido en una persona peligrosa, se escapa de un hospital psiquiátrico, se esconde en el teatro de la ópera y se sospecha que tiene la intención de vengarse de aquellos que intentaron asesinarlo hace ya trece años.
Este no es otro que Gravelle, un ex barítono que se cree muerto después de sufrir un incendio en la ópera, por lo que ha estado internado en una institución mental durante siete años, con su memoria borrada.
Un día lee en un periódico la noticia de que su ex esposa va a actuar en el teatro de la ópera y eso hace que su memoria se active de nuevo y se escapa disfrazado para vengarse de aquellos que atentaron contra su vida.
Charlie Chan y su hijo se encargan de solventar este caso del doble asesinato de los cantantes de ópera.
Esta es posiblemente la mejor película de toda la serie protagonizada por el famoso detective chino Charlie Chan que hizo las delicias de todos los aficionados al cine de la postguerra.
Warner Oland fue el mejor intérprete de este famoso personaje que después también lo encarnaría el actor Sidney Toler.
Como curiosidad podemos apuntar que el famoso Boris Karloff, un actor habitual en las producciones de terror, interpreta aquí a un cantante de ópera que, aunque fuera doblado por otra voz, interpreta aquí varios fragmentos de ópera de los más célebres y conocidos, que es víctima propiciatoria en esta ocasión.
El buen trabajo de Boris Karloff le hace sombra a la interpretación de Warner Oland en el papel de Charlie Chan.
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