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CRITICA
Por: PACO CASADO
A lo largo de la historia del cine se han producido algunas películas de ambiente deportivo, más bien diríamos que bastante, llegando a formar un subgénero.
En todas las cinematografías se podrían citar algunas de ellas y sobre todo un determinado número de ellas que fueron importante e incluso llegaron a obtener grande premios caso de Toro salvaje, Carros de fuego, El color del dinero, Rocky por no hacer la lista más larga.
En el cine americano hubo una época en que sobresalían las de boxeo, vinculadas de alguna manera al género policiaco, pero también han tenido relieve las del base ball y el baloncesto.
Precisamente una de las que se estrena esta semana es 'Érase una vez en Queens' (2021) que es la historia de Alfred Chin, un joven chino de 19 años, todo un fenómeno del baloncesto, que vive en Queens, un barrio de Nueva York, que es conocido por el apodo de Boogie que sueña con alcanzar la mayoría de edad y llegar a jugar en la NBA.
Mientras sus padres lo presionan para que se concentre en sus estudios para así poder obtener una beca para una universidad de élite, donde destacar en el baloncesto para que los ojeadores lo puedan fichar para la NBA.
Los padres tienen dificultades de dinero para poder pagar unos estudios universitarios y esa sería la mejor forma de entrar en la universidad y de él poder cumplir su sueño.
Entre tanto Boogie debe encontrar una manera de conquistar a Eleanor, una chica que le gusta, triunfar en la escuela secundaria, ganar a los rivales del barrio en la cancha y responder a las expectativas que sobre él se han creado y de paso ganar al equipo de los Barracks que capitanea Monk, su objetivo a vencer.
Este relato sucede en la actualidad, sobre ese joven chino, todo un fenómeno del baloncesto que lucha por equilibrar las expectativas de su familia inmigrante con sus propios sueños de convertirse en un jugador de la NBA.
La madre en su afán de ayudarle, contacta con su hermano Jackie que lo nombre su representante y éste logra un contrato para jugar en la liga china, al tiempo que la Universidad de St. James le ofrece una beca.
Cuenta por su parte con el apoyo de su padre que siempre creyó en él, frente a la madre, la señora Chin, con la que no se lleva bien, que tiene planes diferentes para él.
A lo largo de la narración se toca el tema del racismo, del deporte como superación y aprendizaje para un objetivo superior entre otros conflictos y ambiciones que lastran la narración.
La realización corresponde a Eddie Huang que también se encarga de escribir el guion y debutar así en la realización de su primer largometraje, en cuya puesta en imágenes suele utilizar los primero planos, al tiempo que en los encuentros de baloncesto utiliza un montaje demasiado en corto que no deja ver bien las jugadas, aunque en su conjunto resulta una película sólida y bien contada, otra cosa es que la historia interese más o menos a los espectadores.
Como curiosidad el film está dedicado al actor Pop Smoke, que encarna a Monk, que murió de un disparo al final de rodaje.
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