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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando una producción tiene éxito pronto se crea una serie en torno a ella y el público la reafirma con su asistencia.
La de más éxito de la productora norteamericana TriStar es sin lugar a dudas Mira quien habla (1989), a la que siguió una segunda parte titulada Mira quien habla también (1990).
La primera era la historia de un ser humano desde que es un embrión en el vientre de la madre hasta que nace, tiene contacto con el mundo exterior y las observaciones que hace de cuanto le rodea.
La segunda era la continuación de la historia de ese pequeñajo y el nacimiento de una hermanita.
Las series siguen estando de moda en el cine norteamericano, siempre que continúen dando notables resultados en la taquilla, como al parecer ocurre con esta de películas de Mira quien habla (1989) de la que nos llega el capítulo tercero.
Lo que en un primer episodio dio un buen resultado con un bebé que hablaba, incluso desde el vientre de su madre, hizo que se volviera a repetir la fórmula con una continuación, siendo también en ese caso, a demás de Miky, su hermanita Julie, con la que mantenía una dura lucha y peleas dialécticas, que el espectador podía oír, pero no los demás componentes del reparto, que resultaban de lo más divertidas.
En este sentido la segunda ya no lo fue tanto, ya que la fórmula resultaba repetida y conocida.
Esta vez, agotada ya las peleas de la parejita de bebés, se ensaya de nuevo, pero con los perros.
La familia sigue teniendo algunos problemas.
La esposa se queda sin trabajo cuando el marido accede a un puesto de piloto privado de una atractiva ejecutiva, lo que origina los celos y los conflictos de su mujer.
Esto coincide con que el matrimonio le compran un chucho vagabundo al hijo y la ejecutiva le endosa además a una sofisticada y educada perrita de elegante pelaje por lo que surge el contraste entre ambos.
Al final el chucho vagabundo será quien tenga mejor corazón y la supereducada perrita tenga que acceder a los deseos de su compañero.
Serán en esta ocasión los canes los que arreglen esta vez los problemas del matrimonio.
Al final todos contentos y felices, como igualmente deben quedar los espectadores con este entretenimiento sin problemas, programado en una fecha adecuada, ya que la acción también se desarrolla durante el tiempo navideño.
Este film, cinematográficamente, no es más que un pasatiempo sin mayor interés.
Por su parte los actores John Travolta y Kristie Alley se deben saber los papeles de memoria de los anteriores trabajos en esta serie, junto a la pareja de chiquillos, simpáticos actores, para completar el cuadro interpretativo junto a la veterana Olympia Dukakis.
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