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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine que hace Santiago Segura ha venido a sustituir a esas tan rentables comedias españolas que hacía Mariano Ozores y compañía, lo que supone casi un seguro para la taquilla y con un poquito más de calidad, de un tiempo a esta parte.
En esta ocasión cuenta la historia de Ricardo, un padre muy responsable, amante de la perfección y de cumplir con las normas, que decide llevar a su hijo a un campamento de verano a Asturias, ya que su esposa trabaja y además las relaciones están un poco tirantes.
Al enterarse otros padres, les entregan a sus hijos, hasta un total de seis para que se los lleven, ya que todos tienen el mismo destino.
Él pide ayuda y su mujer le promete que le acompañará su primo Antonio, pero éste no puede y en su lugar manda a Felipe, su padre.
Eso es algo que no estaba previsto, que éste se uniera al viaje, ya que tiene fama de mentiroso y de meter la pata.
Antes de salir el tren Felipe propone bajarse con Ricardo para fumar un cigarrillo y el tren se va sin ellos pero con los niños.
Ahí comienzan las aventuras y desventuras de Ricardo y Felipe tratando por todos los medios de intentar alcanzar el tren en compañía de un séptimo, algo más mayor, que llegó tarde.
La persecución marcha en paralelo con las travesuras que los niños hacen mientras tanto ya que uno de ellos le ha quitado la cartera a Ricardo y compran toda clase de bebidas y hamburguesas y sobre todo la toman con uno de los revisores, que está un tanto esquizofrénico, que no hace más que perseguirlos.
Esta película está en la línea de 'Padre no hay más que uno' (2019) y su secuela, 'Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra' (2020), repitiendo algunos de los niños y con el protagonismo de Santiago Segura en el papel principal a cargo del cual hay también algunos gags junto con Leo Harlem que es quien le mete y le saca de todos los líos.
El guion es la adaptación de un éxito de una comedia francesa, 'Attention au départ' (2021), dirigida por Benjamin Euvrard, escrito por Santiago Segura y Marta González de la Vega, que adaptan el de la producción francesa de Benjamin Dunont, Ingrid Morley Pegge, Benjamin Euvrard y Charly de Witte, que se las apañan para inventarse las situaciones divertidas y los gags, lo que hace que la historia se siga bien, aunque en ocasiones pierda un poco el ritmo que debe tener toda buena comedia que se precie y no saque más partido a las posibles travesuras de los niños.
Alfred Hitchcok recomendaba no trabajar con niños, pero Santiago Segura se maneja bien con ellos en su forma de dirigirlos.
Esta vez se reparte el protagonismo con Leo Harlen, que cada vez está más presente en las comedias españolas que se están haciendo últimamente, ésta plagada de cameos de amiguetes de Segura como se puede ver en la ficha técnica.
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