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CRITICA
Por: PACO CASADO
No cabe duda de que la productora británica Hammer Film tiene un puesto destacado y de honor en el género del cine de terror. Las mejores producciones de esta clase salieron de sus estudios.
Con gran asiduidad se cultiva esta modalidad cinematográfica en sus platós y aunque se repita el tema, una y otra vez, cuando está bien realizado, siempre nos puede parecer nuevo.
Esto es lo que ocurre con esta película 'Drácula y las mellizas' (1971), cuyo título más bien parece propio para un film cómico que uno tan serio como éste, tan bien realizado y modélico en su género.
Posiblemente se ha tratado de buscar una mayor comercialidad para este producto usando el nombre de Drácula en el título, pero el famoso conde vampiro no aparece por ningún lado, por lo que el espectador puede salir defraudado.
Una secta religiosa llamada La Hermandad, dirigida por Gustav Weil, va a la caza de todas las mujeres que son sospechosas de practicar la brujería, matando en ese proceso a muchas mujeres que en realidad son pobres inocentes.
Las jóvenes gemelas al quedarse huérfanas y ser sobrinas de Gustav, se van a vivir con él y se involucrarán en el culto diabólico y se convertirán en un instrumento de la justicia con respecto a la religión.
La historia se basa en la supersticiosa creencia llevada a cabo por La Hermandad, de que las brujas tenían que se quemadas en la hoguera.
Y en este empeño, en la época del reinado de Cronwell, se desenvuelve la historia de este puritano encargado de llevar a cabo esa misión.
El tema ya terrorífico de por sí, se entremezcla con el vampirismo, las creencias satánicas, el culto al diablo y al mal con crímenes cometidos a sangre fría durante exorcismos, actos de magia negra, conjura del diablo, etc. para aumentar así más la carga de horror que poseen las terroríficas imágenes.
Todo ello no tendría validez ninguna si no hubiera sido realizado desee el punto de vista cinematográfico con gran seriedad y honradez, trasladándolos a imágenes de una sinceridad y fuerza expresiva como no recordábamos hacía mucho tiempo en este género, tan maltratado por multitud de productos baratos al uso para descrédito para los espectadores de un cine tan válido como el que más cuando está bien hecho.
Aunque no seamos muy fans del género hemos de reconocer que tiene una calidad más que suficiente.
Tiene un guion de Tudor Gates que adapta la novela de J. Sheridan Le Fanu bastante ajustado en el que conviven todos los elementos necesarios del género, matizando cada uno de los personajes, desde el puritano Gustav Weil, presidente de Hermandad, hasta las dos mellizas, sobrinas del hipócrita dirigente de dicha secta, sin olvidar al conde Karnstein, entre otros.
El director John Hough se ha tomado su trabajo con seriedad y rigor, realizando un film equilibrado y correcto en todos los aspectos, pleno de ritmo y agilidad narrativa, en el que no faltan los alicientes de sexo y erotismo al uso en nuestros días, mezclados con habilidad.
La fotografía de Dick Bush y la música de Harry Robinson son notables.
En el aspecto interpretativo destaquemos la labor de Peter Cushing, Las mellizas Madeleine y Mary Collinson y Dennis Price.
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