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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Scott Kalvert, procedente de la realización de video-clips, debutó en la dirección con Diario de un rebelde (1995), que era la biografía de Jim Carroll y sus cuatro amigos que fueron expulsados del colegio católico donde estudiaban por ser los chicos malos, que robaban y tomaban drogas.
Scott Kalvert nos vuelve ahora, con la producción de Martin Scorsese, con una película que toca una temática similar, la de los jóvenes de finales de los años cincuenta, cuando las pandillas callejeras luchaban por un territorio o se peleaban por el amor de una chica.
Hay ilustres precedentes de este film, que están en la mente de todos, y de los que parece que toma algo de cada uno esta cinta.
En este caso en el barrio de Brooklyn son dos pandillas, Los salvajes y Los víboras los que están enfrentados, porque dos miembros de los primeros han perdido a su hermano debido a una sobredosis, lo que hace que se opongan a que se venda droga en el barrio y traten de vengar la muerte de su hermano.
En el guion, de desarrollo y final previsible, no falta el amor de uno de ellos por la chica del bando contrario, todo ello sin profundizar demasiado en los hechos ni en la conducta de los personajes.
La dirección tampoco ha sabido captar lo mejor de las películas precedentes para llevar a puerto este relato de enfrentamientos juveniles, con abundancia de peleas y de violencia que no lleva a ninguna parte.
Una serie de jóvenes actores cumplen como buenos profesionales dándole un toque de humanidad a los personajes que interpretan. El film posee una buena ambientación y vestuario de la época.
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