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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine en muchas ocasiones es el reflejo de la realidad.
La cámara otea el horizonte, recoge a los personajes y los hace protagonistas de cada momento.
En la actualidad se da mucho lo que se ha dado en llamar el pasota, el individuo que está un poco harto y todo le da igual.
Dos de estos amigos, John Winger y Russell Ziskey, que no están contentos con sus trabajos, se alistan en el ejército norteamericano para divertirse y mira usted por donde a ambos les toca caer en el llamado pelotón de los torpes.
John está constantemente chocando con Hulka, su argento instructor, lo que hace que su pelotón esté a punto de no licenciarse.
Esta situación la aprovechan los guionistas y el realizador de esta película para, a través de ellos, acumular en un film casi todos los gags que se suelen dar en las cintas de este género, que por otra parte hay que decir que suele cultivar con cierta frecuencia la cinematografía italiana.
En este caso todo vale con tal de hacer reír al personal, desde las faenas más gordas al novato o al tontorrón de turno, hasta las órdenes más descabelladas, dadas por el duro pero humanitario sargento.
Si a esto se le añade un capitán que no está del todo muy cuerdo, se tendrá la diversión que se pretendía desde el principio.
Pero la película resultaba ser demasiado corta a base de lo ya expuesto y se ha querido introducir una variante al meterle de cola una especie de misión especial con un prototipo de coche de asalto urbano en la que se ven envueltos los dos amiguetes.
Esto resulta una más de las faenas de los dos protagonistas llevada a cabo en tierras checoslovacas.
Es esta una de las primeras colaboraciones entre el actor-guionista Harold Ramis y el director canadiense afincado en el cine norteamericano Ivan Reitman.
El film posee desde la risa más sutil a la sal más gruesa, sin que en ningún momento aparezca el más mínimo ápice de crítica en torno al ejército americano.
Ivan Reitman por su parte tenía claro lograr el objetivo que no es otro que divertir sin tener que hacer ningún tipo de malabarismos en las realización.
Correcto el trabajo de los principales actores que ayudan al director a cumplir con lo que se proponía desde el inicio.
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