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CRITICA
Por: PACO CASADO
No suelen llegar a nuestras pantallas películas de producción netamente suiza, una cinematografía que en el mejor de los casos produce una docena de films al año.
En su día dio lugar a nombres como los de Jean-Luc Godard, Alain Tanner, Claude Goretta que destacaron en los años setenta que posiblemente fue la etapa más brillante.
En cuanto a actores destacaron Ursula Andress y Bruno Ganz en cintas realizadas fuera de su país.
La acción de esta historia comienza en Zurich un 19 de octubre de 1989 y transcurre durante el otoño, en unos momentos en los que estaba a punto de ser derivado el Muro de Berlín.
En esos días los servicios de seguridad de la policía secreta vigilaba a una gran cantidad de personas en Suiza.
Viktor Schuler, un policía de buen comportamiento, se infiltra de incógnito, como figurante, con el nombre de Walo Hubacher, en el Schauspielhaus de Zurich que está montando la obra Noche de reyes, de William Shakespeare, para conseguir información sobre el comportamiento de los actores de izquierda de esta compañía de teatro que habían hecho algunas manifestaciones, por si están organizado dar algún golpe de tipo político en colaboración con Moscú.
Su secreta misión, denominada Operación telón, dará un vuelco cuando se enamora de Odile Lehmann, una de las actrices de la compañía con conciencia política y actitudes revolucionarias.
Se despejan así algunos malentendidos de palabras como telón de hierro que se refiere al del teatro y no al político o que Stanislavsky no es ningún espía ruso, lo que provoca más de un divertido gag.
Por medio se mete el padre de la chica, el Coronel Lehmann, que quiere atar corta a su hija porque piensa que pudiera estar involucrada en algo no deseado.
Esta sátira política con mezcla de comedia romántica, posiblemente tenga más sentido para el pueblo suizo que podrá recordar con ella aquellos momentos, no obstante se puede seguir fácilmente sin mucha complicación con los toques de enredos que se producen a lo largo de la misma.
Se trata de una divertida comedia sobre el muro de Berlín y la policía secreta suiza, sobre la vigilancia masiva, cuyo guion se inspira libremente en un escándalo real que se produjo en ese país a finales de los años ochenta y llama la atención cómo en el pueblo suizo, que es un paradigma de la libertad de las personas, pudo producirse una situación como esa sobre el espionaje a sus ciudadanos.
Se podrían citar algunos títulos serios con este mismo tema del espionaje y la vigilancia como La vida de los otros (2006) o Good bye Lenin (2003), pero en este caso está tratado en tono de comedia.
Se trata del cuarto largometraje que hace como director Micha Lewinsky, cineasta nacido en Alemania y criado en Suiza, que ha desarrollado su carrera cinematográfica en ese país.
Lleva esta historia a un ritmo bastante aceptable, sin mucha exigencia, aunque las situaciones cómicas no se prodigan en exceso, con un trabajo muy correcto de los actores que no son conocidos en España.
Dentro de su modestia y falta de ambiciones cumple con el cometido propuesto que no es otro que el de divertir.
Premio Swiss Film a la mejor actriz Miriam Stein.
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