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CRITICA
Por: PACO CASADO
La actividad de los cómicos hay veces que termina por languidecer después de haber estado muchos años en la cumbre.
Y esto es lo que le ha ocurrido a Jerry Lewis, que tras haber sido durante muchos años el número uno en la década de los años sesenta y principios de los setenta, casi había desaparecido últimamente de la actualidad.
Mientras tanto ha estado haciendo incursiones en el género dramático, como ocurría recientemente en 'El rey de la comedia' (1982), de Martin Scorsese, la última película en la que le habíamos visto.
En 'El mundo loco de Jerry' (1983), Jerry Lewis vuelve a empuñar la batuta de la dirección, como lo había hecho antes y con tanto acierto desde que dirigió 'El profesor chiflado' (1963), y lo hace con un film en el que él es el único protagonista y autor al mismo tiempo del guion de la cinta, escrito en colaboración con Bill Richmond, que ya colaboró con él en 'El terror de las chicas' (1961), 'Un espía en Hollywood' (1991), 'El profesor chiflado' (1963 y Jerry Calamidad (1964); aquí tiene un leve argumento, a manera de hilo conductor.
Cuenta la historia de Warren Nefron un hombre gafe, que tiene la peor suerte del mundo, hasta el punto de que intenta suicidarse, pero hasta eso le sale mal.
Desesperado visita en varias ocasiones a un psiquiatra para que le remedie su problema, si es que hay alguna forma de poderlo arreglar.
Entre lo que le cuenta al doctor y las cosas que le van sucediendo, de una visita a otra, se desarrolla toda la historia en la que se incluyen, de manera desperdigada, los gags y las situaciones cómicas que hacen reír al espectador.
En este sentido más que una película cómica parece un show televisivo pensado para que exhiba Jerry Lewis su ingenio, su humor, su sentido creador del gag y su habilidad para inventar las situaciones más divertidas.
A este respecto a esta comedia le falta un poco de unidad y en algunos momentos cae en varios baches, mientras que en otros instantes se eleva de manera prodigiosa, cuando Jerry Lewis resulta más creativo e inspirado en la puesta en imágenes de los chistes.
Ocurre así la recuperación del cómico que siempre fue, aunque no haya logrado un film perfecto pero sí una comedia divertida y entretenida en todo momento.
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