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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una vez más tenemos que volver a insistir en que los italianos desde un tiempo a esta parte, tomaron por norma burlarse de todas las películas famosas que se producían en otras cinematografías.
Ellos las convierten en parodias y se divierten de lo lindo al igual que los espectadores que van a verlas, si no son muy exigentes.
También al famoso agente secreto inglés 007, James Bond, con licencia para matar, le ha tocado el turno y aquí está la parodia, que como tal no le llega al original ni a la altura de los zapatos.
Pero este film tiene la virtud sobre los demás de presentarse abiertamente, sin máscara, ya que va directamente a burlarse del original, mientras que otros que lo intentaron con más ínfulas no quedaron a la misma altura en el intento.
Ya sabemos todos a dónde pueden llegar los italianos cuando se ponen en plan burdo cuando utilizan la sal gorda de sainete mal hecho.
La cinta en cuestión, 'James Tont operación UNO' (1965) está sacada de la tercera película de la serie, James Bond contra Goldfinger (1964), de ahí que en algunos países se proyectara con el título de 'Goldsinger'.
En ella se cuenta que el diabólico Goldsinger, enfadado por haber sido excluido de la UNO, trama un plan para volar por los aires la asamblea con todos los jefes de estado dentro.
Por suerte, el inepto agente James Tont descubre la trama a tiempo y de paso trata de detener a Goldsinger.
Esta vez el argumento se ayuda de algunas otras cosas sacadas de otras películas anteriores de la serie y otras que no son de esa saga.
Pero todo ello siempre tomado en tono de broma, nada serio.
Es lógico y fácil prever que no podría salir nada que mereciera la pena de todo este refrito, adobado con algunas gotas de humor y sazonado con alguna que otra gamberrada o chistes con frases de doble sentido que a veces resultan hasta groseras.
Lo que más destaca de este film es su fotografía realizada conjuntamente por Alexandro d'Eva y Raffaele Masciocchi por lo vivos colores que emplean, a veces, con funcionalidad en decorados y vestuario.
En el apartado interpretativo el actor Lando Buzzanca pretende hacer gracia sin conseguirlo.
Por su parte Bruno Corbucci y Giovanni Grimaldi ni como guionista y mucho menos como directores logran el propósito de divertir ya que los gags son bastante débiles y el argumento no tiene ni chispa de gracia.
Tiene alguna secuencia ingeniosa y algunos momentos graciosa, pero su tono general es muy malo.
Ni el guion, ni la realización presentan notas destacables, permaneciendo ambos aspecto en un tono muy gris n general.
Las canciones tienen valía en sí mismas mientras que lo demás no tiene valor de ninguna clase, ya que es una auténtica payasada sin gracia.
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