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CRITICA
Por: PACO CASADO
La saga de 'Resident Evil', que protagonizaba la actriz Mila Jovovich tuvo cinco secuelas cuatro de ellas dirigidas por su marido Paul W.S. Anderson, para la que era su musa e inspiración, que finalizó en el año 2017.
Pero ahora se vuelve a reiniciar basándose en el popular juego homónimo de Capcom, creado en 1996, que vendió más de 110 millones de ejemplares en todo el mundo, que le ha servido de base a toda la serie.
En esta nueva adaptación cinematográfica, se hace un reinicio de la historia, con unos personajes diferentes a los que conocemos y también con otros actores y un argumento distinto que nos dará una visión distinta del argumento.
Será en este caso Kaya Scodelario quien sustituya a Mila Jovovi en este recomienzo de la historia.
La que fue una pujante ciudad sede del gigante farmacéutico Umbrella Corporation, es sustituida por Raccoon City, un pueblo minero (ficticio) casi muerto del Medio Oeste norteamericano.
El éxodo de la compañía dejó el lugar convertido en un erial, con un gran mal gestándose bajo la superficie.
Cuando eso se desata un grupo de supervivientes debe unirse para destapar la verdad de los negocios de Umbrella tras el éxodo de la compañía.
Claire Redfield va en busca de su hermano Chris que es policía, al que no ve desde hace cinco años en que han estado un poco distanciados.
Por el camino es recogida por un camionero que atropella a una persona creyendo que estaba muerta pero ésta desaparece.
En un momento determinado la Corporación Umbrella ruega a los habitantes del lugar que no salgan de sus casas.
Los teléfonos no funcionan y los zombis invaden las calles.
A partir de esa situación todo el argumento se limita a la lucha constante contra estos muertos vivientes en una descomunal masacre.
El guion va marcando los minutos que van transcurriendo, de vez en cuando, de la trágica noche en la que también aparece un ser monstruoso en que se ha convertido uno de los protagonistas del bando de los malos, perteneciente al equipo de doctores que hacen experimentos con los niños que aparecen en el orfanato del principio.
El director Johannes Roberts, un apasionado del género de terror desde que era niño, es el encargado de hacer esta moderna versión de cara a la nueva generación de espectadores que no pudieron, por edad, disfrutar de la primera saga.
Como creador del guion centra la acción en 1998 y hace una mezcla de los dos primeros videojuegos con los auténticos personajes, ya que algunos de ellos no aparecían en las versiones anteriores y potencia las partes más clásicas del terror.
Esto lo hace a base de producir sobresaltos con ruidos y muchos golpes de música de la banda sonora que acompaña también de forma atronadora, subrayando los momentos de peligro y de más acción.
La interpretación de los actores pasa bastante desapercibida, al contrario del protagonismo que tenía Mila Jovovi en los títulos anteriores.
Su director en ningún momento pretende superar los logros de los capítulos precedentes, simplemente se limita a sacar su trabajo adelante obsesionado con producir el terror.
Posiblemente los seguidores de la saga no saldrán muy entusiasmados con el resultado obtenido.
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