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CRITICA
Por: PACO CASADO
A lo largo de la historia del cine ha habido algunas historias sobre perros que se han hecho famosos, ahí está Rin Tin Tin, Lassie, Beethoven, Benji, Colmillo blanco, Pluto, Linda o Golfo de La dama y el vagabundo (1955), pero ninguno tan grande como Clifford.
La protagonista de esta historia es Emily Elizabeth Howard, una chica de doce años, de sexto curso de secundaria, que todas sus compañeras se burlan de ella y le han puesto el mote de limosna.
Tan sólo tiene un amigo, el pequeño Owen, que hace buenas migas con ella, que no se burla cuando ella recoge latas vacías de refrescos y cervezas para reciclar por una buena causa.
Un día conoce al señor Bridwell, un rescatador de animales que le regala un pequeño cachorro de perro rojo, y nunca se hubiera imaginado que al despertarse al día siguiente se encontraría con un sabueso gigante de tres metros en su pequeño apartamento de Nueva York donde ella vive.
Mientras Maggie, su madre soltera, se marcha durante unos días de viaje de negocios, Emily y su divertido pero impulsivo tío Casey, todo un perdedor, se embarcan en vivir una disparatada aventura a través de la Gran Manzana pregonando el amor por los animales con su mascota gigante que llama la atención de todos.
Su tío vive en una furgoneta y es de lo más descuidado, por lo que su hermana duda de si dejarlo a cargo de su hija durante sus breves días de ausencia, pero al fin cede.
Cuando encuentran al cachorrito rojo, quien se lo regala, a la pregunta de la niña de si crecerá mucho, él le responde que irá en consonancia con el amor que ella le otorgue.
Por lo visto el amor de la niña por el can al que le da el nombre de Clifford, hace que el perro crezca hasta tener un enorme tamaño y deciden llevarlo a veterinario para saber cual es el motivo de ese crecimiento tan inesperado y repentino.
Entre tanto el malvado de turno que tiene una empresa de genética que se dedica al crecimiento de los animales, se interesa por el perro rojo y aduce a la poli que se ha escapado de su laboratorio por lo que pretende quitárselo a Emily.
El guion se embarca en esta irreal aventura basándose en la colección de cuentos Scholastic, que se inició en 1963, escritos por Norman Bridwell en torno al famoso perro rojo que suele hacer las delicias de los pequeños lectores como a buen seguro lo hará cuando las vean trasladadas a la gran pantalla del cine.
El film pretende extraer la enseñanza acerca de lo que significa la aceptación del verdadero amor, la amistad y querer a lo grande y también a los animales, en este caso a un perro.
El protagonismo se lo reparten Emily interpretada por Darby Camp y el tío Casey que no es otro que Jack Whitehall, junto con el gigantón canino de Clifford.
Walt Becker ha sido el encargado de llevar esta historia a imágenes como anteriormente lo hiciera con casi una docena de títulos como Dos canguros muy maduros (2009) o Alvin y las ardillas 4: Fiesta sobre ruedas (2015) y lo hace de una forma agradable, mejorando estos títulos citados, sin muchas complicaciones.
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