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CRITICA
Por: PACO CASADO
Holly Martins es un novelista que llega a una Viena ocupada, con escasez de suministros lo que ha hecho florecer el mercado negro.
Un amigo le ha ofrecido un trabajo y descubre que Harry Lime ha muerto en un peculiar accidente de tráfico, y como las historias que oye sobre ello no les convencen decide investigarlo.
Aunque tiene el carácter de un thriller, hay en ella notables aciertos y elementos dramáticos de carácter humano.
El argumento, según la novela de Graham Green, está basado en la lucha contra una banda de falsificadores de penicilina, en la Viena ocupada y dividida en zonas en la que imperan las intrigas políticas, la corrupción y los asesinatos.
El interés del tema pierde fuerza en algunas escenas lentas, pero en general se mantiene vivo e incluso a ratos resulta apasionante, no sólo por lo bien dosificado de la trama, sino también por el duro realismo del ambiente en el que se desencadena una angustia colectiva fruto del desquiciamiento de la post guerra.
Carol Reed se diluye y sale a flote el talento de Graham Greene, el gran novelista que supo por medio del guion caracterizar a los personajes de manera realmente extraordinaria, apareciendo como seres humanos completos, reales, en toda su dimensión y humanidad.
Un guion exacto en cuanto a la caracterización, pero literario en su concepción de las escenas, debido a que el director no supo hacer cinematográfico lo que de literario había en el papel.
Junto a Graham Green, Orson Welles, sorprendente, con plenitud de gesto y expresión en la inolvidable escena de la persecución por las alcantarillas.
Su aparición en escena señala el incremento del interés y crea la atmósfera de misterio y magia artística que, aún con sus defectos, posee 'El tercer hombre' (1949).
Laa realización durante el desarrollo de la narración se nos antoja sencilla en exceso y nunca a la altura de la importancia del tema: la amistad, el delito, el delincuente, que sólo alcanza protagonismo en los metros finales, mientras se nos intriga con una cuestión semi-policiaca y con un estilo sencillo.
En la película reina la extraordinaria personalidad de Orson Welles, Graham Greene y Anton Karas, por este orden.
Ellos tienen la conciencia de esa Viena sangrante, destrozada, invadida por la guerra, espíritu de una Europa del pasado que parece un resumen de la nueva época, de los regímenes totalitarios, de la inmensa burocracia, del conflicto bélico total, del espionaje, que transforma al hombre en un número, en una simple individualidad sin ningún valor.
El centro humano de la historia es mostrarnos un mundo que asesina en masa y se preocupa del criminal hasta suprimirlo.
Este espíritu se desarrolla en los metros finales en ese gesto patético de Harry Lime que mira al amigo.
Este film ganó el Oscar a la mejor fotografía en blanco y negro. Bafta a la mejor cinta. Gran premio en el Festival de cine de Cannes.
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