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CRITICA
Por: PACO CASADO
No suele ser fácil plasmar en la pantalla historias reales para ajustarse fielmente a los hechos, aunque en este caso no se trata de una vida sino de un fragmento de la misma, la de John Vogel que se basa en el libro escrito por su propia hija Jennifer Vogel.
El relato comienza en el mes de junio de 1942 cuando tras ser puesto en libertad en espera de juicio no se presenta al mismo, debido al delito de haber puesto en circulación 50.000 dólares de los 22 millones que había falsificado.
A partir de ahí conocemos lo que fue su vida, todo un desastre, que iba de ser un estafador y un mentiroso, comprar una granja que no podía pagar y hacerlo con pagarés falsos, abandona su casa y deja a su esposa alcohólica en la ruina, los hijos Jennifer y Nick se tienen que ir a vivir con el tío Beck, hasta que ya de mayor su hija logra reformarlo, pero termina cayendo en el delito de asaltar un banco e ingresar de nuevo en la cárcel para cumplir 15 años de condena.
Jennifer trata de entrar en la universidad para hacerse periodista, para lo que tiene facultades y termina lográndolo.
Esta es una película que podríamos decir que casi está hecha en familia, dirigida por Sean Penn, que como actor tiene más de 70 títulos en su haber de los cuales con dos ganó el Oscar, por 'Mystic River' (2003) y por 'Milk' (2008) y más de una docena como director que se hace aquí con las riendas de la dirección de esta producción al tiempo que es el coprotagonista en la que hace un excelente trabajo junto a su hija, Dylan Penn, que es quien marca el ritmo en cuanto a la interpretación con momentos muy interesantes junto a su padre que le da una gran lección interpretativa en este drama familiar, principalmente entre ese padre que vive una doble vida ejerciendo como falsificador, ladrón de bancos y estafador y su hija que también sabe cómo tratar de enderezarlo cuando se desvía por los caminos prohibidos.
Siempre tiene varios proyectos de negocios en marcha con lo que cree engañar a los demás y al primero que se engaña es a sí mismo, lo que es un mal ejemplo para sus hijos.
Como decíamos casi todo queda en familia ya que ahí está también Hopper Penn que hace el papel de Nick, el hermano de Jennifer, que también lo es en la vida real de la actriz.
El guion escrito por Jez Butterworth se encarga de hacer la adaptación de la novela autobiográfica titulada Flim-Flam man: La verdadera historia de la vida falsa de mi padre, escrita por Jennifer Dylan, publicada en 2004, que cuenta la historia en un largo flash back que es con el que hemos comenzado a contar este relato, que utiliza esta misma técnica en algunos momentos de la narración para recordar instantes de la infancia de los protagonistas.
En este sentido se hace un poco repetitivo por tantos sucesos similares que llevan a cabo los personajes de esta historia.
El título del film hace referencia a día del cumpleaños de John que coincide con el de la celebración de la adopción de la bandera americana de Estado Unidos.
En cuanto a la dirección no es más que un artesano que utiliza los primersímos planos en los momentos más íntimos entre padre e hija y lleva el relato de forma pausada sin darle mucha importancia a los pocos momentos de acción salvo en el final cargado de emotividad.
Tal vez no sea una gran película ni tampoco la mejor o la peor de Sean Penn que nos parece mejor actor que director, ya que hasta ahora en esta segunda faceta tampoco ha conseguido ningún film memorable en este su sexto como director de un largometraje de ficción en el que hace la doble función de actor y director por primera vez, rodado en 16 mm..
En cuanto a la banda sonora creemos que le sobran las canciones.
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