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CRITICA
Por: PACO CASADO
Gracias a los festivales muchas veces las distribuidoras aprovechan para ver películas y de esa forma comprarlas y acercárnoslas a nuestras pantallas comerciales.
Una de ellas ha sido 'Qué vemos cuando miramos al cielo?' (2021), de Alexandre Koberidze un bonito título pero que no explica el contenido de esta historia, que tuvimos ocasión de ver en el Festival de cine europeo de Sevilla que llega ahora a los cines españoles.
Cuenta la extraña relación entre Lisa, una chica que trabaja en una farmacia, y de Giorgi, un jugador de fútbol, que un día tropiezan en la calle y surge entre ellos, de forma inesperada, el flechazo del amor y sin saber ni siquiera sus nombres se citan al día siguiente en el bar del Puente Blanco.
Pero una maldición ha recaído entre ambos y aunque acuden cada uno por su lado no se encuentran, ya que durante la noche sus cuerpos han sufrido una transformación y no se reconocen y no saben si se volverán a ver alguna otra vez.
Lisa deja el empleo en la farmacia ya que ha perdido la memoria inmediata y se emplea en el bar del Puente Blanco y casualmente Gigorgi es requerido por el dueño para que le ayude con un artefacto en el que si la persona se mantiene dos minutos colgado por 5 laris puede ganar 50.
En la segunda parte llega al bar Ana, una directora de cine, que busca cinco parejas para hacer una película y se lo propone a Lia y Giorgi que sean una de ellas y aceptan, aunque siguen sin reconocerse.
Entre tanto en esos días se celebra el Campeonato mundial de fútbol en el que es favorita la selección de Argentina que es la preferida de Giorgi, que tiene en su casa la camiseta de Messi.
En esta larga historia el director giorgiano, que hace con este su segundo largometraje, se toma para contarlo dos horas y media, cuando en realidad se podía haber hecho en una hora menos, ya que dada la brevedad de la anécdota argumental, hay muchos primeros planos y trávellings descaradamente alargados para relleno, así como un pequeño cuento sobre los perros del lugar donde se desarrolla la acción, Kutaisi, una capital histórica de Georgia, con sus bellos paisajes y el encanto de sus rincones, que son aficionados al fútbol y cada uno lo ve en un punto distinto de la ciudad.
Todo ello está contado con un ritmo lento, le sobran planos de rellenos, y dos canciones que nada tienen que ver con la acción, así como por supuesto muchos minutos, como hemos apuntado ya anteriormente.
Hay momentos en esta segunda mitad en la que podemos ver las imágenes con las relaciones de los protagonistas en las que se han suprimido voluntariamente los diálogos entre ellos, que por lo visto no deben tener la más mínima importancia en el desarrollo de la narración.
Entre tanto se sigue rodando la búsqueda de las parejas y de pronto se produce el milagro, como si fuera un cuento de hadas, que no vamos a desvelar para no caer en spoiler.
El film podríamos decir que es una hipotética historia de amor momentáneamente frustrado por una maldición que debido a ello tiene lugar como nunca habíamos visto.
Premio Fipresci a la dirección en Berlín. Hugo de plata al guion en Chicago. Premio especial del jurado en Mar del plata. Premio en el Festival de Montclair. Mención especial en Pesaro y en el Festival de Pingyao. Mejor fotografía en Sevilla.
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