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RITICA
Por: PACO CASADO
Hay historias que son viejas, tanto en la literatura como en el cine, como es el caso del niño abandonado en la selva en unas determinadas circunstancias y criado entre monos, que ya fue tratada en las producciones que se han hecho sobre el personaje de Tarzán extraídas de las novelas que se han pasado a la gran pantalla del cine.
Un caso parecido es el del niño rescatado y convertido en un ser humano civilizado que nos contó François Truffaut en su película 'El pequeño salvaje' (1970) y así podríamos seguir investigando y saldrían seguramente diversos casos más.
Un mono, parecido a un hombre, que ha sido encontrado en las selvas del Congo, es capturado y trasladado a la ciudad italiana de Milán.
Su nombre es el de Bingo Bongo y únicamente Laura, una guapa antropóloga, cree que tiene cualidades que son realmente humanas.
Aquí, en este film que comentamos, ocurre algo similar.
Cuenta el caso de un niño perdido en la selva y rescatado por varios científicos, ya mayor, y casi convertido en un mono.
Una profesora especialista en simios se encargará de su educación y transformación en una persona humana.
Está claro desde el principio que el tema está tratado en plan de broma, con la intenciones de hacer una comedia divertida en la que a lo largo de la narración se van acumulando una serie de gags en torno a las curiosas situaciones que se producen cuando éste se escapa y deambula por la ciudad o cuando en otra ocasión los propios científicos estudian este curioso caso.
Pasquale Festa Campanile, que es un cineasta que procede del terreno del guion, donde consiguió notables aciertos, no se ha tomado con mucho rigor este asunto, dirigiendo con bastante desgana, tal vez porque el guion en este caso no es suyo y está poco cuidado, cometiendo algunos errores de bulto, sin una línea clara y bien definida a la hora de ponerlo en imágenes.
El actor Adriano Celentano se convierte en el protagonista absoluto llevándose la mayor parte a la hora de la interpretación, en compañía de un mono que resulta ser simpatiquísimo, con el que se consiguen los momentos más hilarantes y cómicos de este relato.
Carole Bouquet se limita a aportar la parte femenina de esta historia encarnando a la joven y guapa científica.
En definitiva el resultado obtenido es el de una floja comedia con algunos aciertos cómicos parciales.
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