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RITICA
Por: PACO CASADO
Después de rodar películas como 'El Padrino' (1972), 'El Padrino II' (1974), 'Apocalipse now' (1979), 'Rebeldes' (1983), 'La ley de la calle' (1983) y 'Corazonada' (1981), los críticos de todo el mundo no han escatimado en otorgar los más altos calificativos a este enfant terrible del cine de Hollywood, director megalómano al estilo de Orson Welles y gran contribuyente al avance del moderno cine actual en cuanto a lenguaje y a espectáculo.
Los productores realmente le temen, pero siempre hay alguno que confía otra vez en él para hacer una nueva película, aún corriendo el riesgo de terminar en la ruina.
Los más de 43 millones de dólares que ha costado este film, lo sitúan entre los más caros, hasta el momento, ya que para su rodaje se reconstruyó, hasta en el más mínimo detalle, el famoso cabaret de Harlem, Cotton Club, lugar por donde desfilaron las más importantes figuras de raza negra del mundo del jazz, como Duke Ellington, Louis Armstrong o Cab Calloway, entre los años 1923, en que fue el de la inauguración, hasta 1936, en el que cerró sus puertas.
En el proyecto de Robert Evans figuraron directores como Robert Altman o Sylvester Stallone y finalmente se decidió por Francis Ford Coppola.
Varias veces se escribió el guion e incluso durante el rodaje se improvisaron algunas escenas que eran filmadas simultáneamente en vídeo y celuloide, hasta incluso los mismo ensayos.
Finalmente Coppola se decidió por mezclar la realidad con una historia de ficción, la del trompetista blanco Dixie Dwyer, que salva la vida a un gángster que hará cambiar el curso de la suya y terminará enamorándose de Vera, la cantante amiga del mafioso que se la encomienda a su cuidado.
Junto a esta historia corre otra paralela, la de Delbert, el bailarín de claqué de color que se enamora de Lila.
Coppola ha recreado toda una época de la delincuencia del final de los años veinte, ya que la cinta se inicia en 1928, y la de los musicales negros en donde comenzaba a desarrollarse la música de jazz.
En la película no falta por tanto la violencia, el dinero, la ambición, el tráfico del alcohol con la prohibición de la ley seca, la depresión y consiguientemente la caída de la bolsa, la música, el baile y por supuesto el amor.
Para tan explosiva mezcla hacía falta la figura creadora de un genio como Francis Ford Coppola que, mediante un guion a veces complicado o sencillo según se mire, pudiera llevar a cabo un superespectáculo de esta magnitud donde se relacionan personajes reales de gángsteres con figuras del mundo del espectáculo y el cine como Gloria Swanson o Charles Chaplin, con otros de la ficción fílmica, todo ello a base de talento y dominio de la técnica del cine.
Se ha contado para ello con excelentes decorados reconstruidos, ya que el film está prácticamente filmado en interiores de estudios, o el vistoso y espectacular vestuario de la oscarizada Milena Canonero, la coreografía de Michael Smuin, la fantástica fotografía en color de Stephen Goldblatt o la música de John Barry que ha sabido introducir más de una decena de números musicales de la época con una gran habilidad.
En el capítulo de la interpretación destaca el trabajo de Richard Gere que además de asumir el principal papel, toca algunos de los números musicales.
Y junto a él la joven musa de Coppola, Diane Lane que a sus 18 años lleva ya 14 cinta en su haber.
Mención aparte para el actor de color y bailarín Gregory Himes que incorpora de forma fabulosa al claquetista Dalbert.
El resultado es un gran espectáculo que únicamente era posible de la mano de Francis Ford Coppola para deslumbrar al espectador como tan sólo él sabe hacerlo.
Nominados al Oscar los decorados y el montaje. Bafta a Milena Canonero. Nominados al Globo de oro al mejor drama y la dirección.
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