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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hablando hace unos días con un compañero me confesaba que estaba empezando a hartarse del cine independiente y creo que en buena parte lleva razón, ya que con esa etiqueta se nos están enmascarando muchas películas que no tienen un mayor interés en ninguno de sus aspectos.
Este bien puede ser el caso de esta producción, 'Secretary' (2001), que es el segundo film que realiza el cineasta novato Steven Shainberg que hace tiempo se basó en el relato corto de Mary Gaitskill de una docena de páginas para dirigir un mediometraje de veinticinco minutos y que ahora retoma con mayor libertad en cuanto a su parecido para contarnos esta sexual historia de amor sadomasoquista entre dos personas enfermas.
La joven Lee Holloway, emocionalmente frágil, con un padre alcohólico y una madre codependiente, que acaba de salir recientemente de un hospital psiquiátrico por su tendencia a la automutilación y entra a trabajar como secretaria en el despacho de un exigente abogado, el señor Edward Grey, un hombre anticuado, maniático y muy aficionado al sadismo, por lo que ambos, solitarios, encuentran a su alma gemela.
De esa forma la relación entre el abogado y la secretaria se convierte en una relación sexual sadomasoquista.
Lo que empieza como una simple relación laboral se transforma en sexo duro, en el que él la castiga físicamente por las faltas de ortografía, que después comete a conciencia para seguir recibiendo esos castigos que antes se infringía ella misma, motivo por el que fue internada.
No vemos el romanticismo de esta relación por ningún lado por mucho forzado final feliz que se le quiere buscar a esta historia.
Lo mejor del film es la evolución que experimenta Lee en un trabajo estupendo de Maggie Gyllenhaal que va de la modesta y tímida jovencita a la más experta y provocadora mujer sexual que es conducida por su pareja al placer a través del dolor y la dominación que ejerce sobre ella obligándola a vestir, a comer y a comportarse de determinadas maneras, de lo que la actriz hace un estupendo trabajo.
Por su parte James Spader repite un personaje perfectamente aprendido de otras cintas anteriores.
La puesta en escena que lleva a cabo Steven Shainberg no resulta especialmente brillante, algo teatral y claustrofóbica encerrada casi siempre entre las paredes de la oficina, sin apenas otros personajes que interrumpan la relación y la monotonía e insistencia de ésta de manera enfermiza.
El guion ganó el premio Independent Spirit. Premio especial del Jurado en Sundance 2002. Premios para Maggie Gyllenhaal de los críticos de Boston, Chicago, Florida y Festival Fantasport de Portugal. Nominada a los Globos de Oro Maggie Gyllenhaal.
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