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CRITICA
Por: PACO CASADO
La crítica y el público encumbraron a John McNaughton con su ópera prima, 'Henry: retrato de un asesino' (1986), que después no ha podido superar con 'La chica del gángster' (1993).
Con 'Juegos salvajes' (1998) tiene ocasión de volver al principio con una película en la que se dan cita los elementos del cine negro, con personajes diabólicos que se engañan entre sí, movidos por la ambición, mujeres fatales, aunque sean adolescentes, el móvil del dinero y el poder que todo lo mueve y una soterrada violencia no falta de sexo en el atractivo ambiente de lujo de la luminosa Blue Bay de Florida.
Un detective de la policía descubre una conspiración tras un caso que involucra a un orientador de una escuela secundaria cuando dos estudiantes le acusan de haber sido víctimas de su violación.
El sinuoso argumento nos presenta a un profesor acusado de haber violado a esas dos adolescentes, pero su abogado de inmediato desmonta la farsa y demuestra su inocencia.
Con esto no desvelamos nada importante del argumento ya que a partir de ahí el espectador descubrirá pronto, a poco del inicio, que nada es lo que se insinúa, ni los personajes quienes aparentan ser.
Aunque al principio parece que va a ser un film previsible, los inteligentes cambios y giros constantes que da la acción son el mayor atractivo, que si se sigue con atención hará disfrutar al espectador por su interesante argumento en el que no se descubre la solución al suspense hasta incluso los títulos de créditos finales en los que aún se dan más claves que se substrajeron durante el desarrollo de la narración, por lo que recomendamos que no se levanten de la butaca hasta que no haya concluido la proyección o de lo contrario se quedarán incompletos.
Lo que en cualquier cinta al uso es tramposo escamotear datos, aquí se convierte en elipsis inteligentemente utilizadas ya que quedan aclaradas todas finalmente.
Se regala al espectador además una crítica añadida de unos estratos de la sociedad americana un tanto inmoral en los que priva el dinero por encima de todo.
La dirección en este sentido nos parece honrada, ya que no engaña a nadie simulando los personajes actuaciones que no conduzcan a la conclusión última, ya que el suspense está detrás de cada secuencia y siempre bien engarzado.
Los actores se adecuan a los personajes que interpretan, no sobreactúan y los giros que dan tampoco son gratuitos.
Esperemos que de nuevo hayamos recuperado al John McNaughton del inicio de su filmografía.
Premio Blockbuster para Daphne Rubin-Vega. Premio de la Asociación de críticos de Los Angeles para Bill Murray como mejor actor de reparto.
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