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CRITICA
Por: PACO CASADO
Lo hemos comentado ya muchas veces en otras ocasiones anteriores, que la comedia norteamericana de ahora no es como la de antes.
Y no es que nos agarremos a aquel dicho de que "Cualquier tiempo pasado fue mejor", sino es que a los directores actuales les falta ese don tan especial que tenían los de años pasados, que no es otro que el de la inspiración, que escasea bastante en estos tiempos que corren.
Jack Smight comenzó su carrera en el cine con una comedia: 'Rica, guapa y casadera' (1964).
Después ha realizado películas de distintos géneros desde bélicas hasta policíacas.
Es un director que empezó haciendo buenos productos, obras destacadas, pero después se ha venido abajo en sus últimos films.
Destacaríamos como títulos más importantes o interesantes de su filmografía 'Harper, investigador privado' (1966), 'Magnífico bribón' (1966), 'Así no se trata a una dama' (1968), entre otros.
Y observando su filmografía se da uno cuenta que cuando mejores cintas ha hecho es cuando mejor productor tenía.
Con esta última 'Cambio de esposas' (1981), que conocemos hasta ahora, ha realizado una comedia en toda regla, aunque no se atenga mucho a la realidad.
Pero bueno, también el destino tiene esa clase de caprichos.
Una esposa engaña a su marido y el esposo la engaña a su vez a ella con la novia de su amante.
Las dos parejas infieles deciden ir a un resort pero sin querer eligen el mismo, lo que en principio produce la hilaridad.
Aunque dentro de su moral libertina, termina bien para complacencia de todos los espectadores.
"Que todo cambie para que todo siga igual" o algo similar, como decía el otro.
Jack Smight demuestra su valía en la cuestión de la puesta en escena en algunos momentos salpicados a lo largo de la acción, mientras en otros, el film se convierte en algo teatral.
El reparto de buenos actores que posee, se comporta bien, cumpliendo con sus respectivos papeles que les han sido encomendados, aunque tal vez no sean los más adecuados para ellos.
En cuanto a la banda sonora que ha compuesto Fred Karlin es rica, con temas y canciones de calidad.
En definitiva se trata de una comedia norteamericana con un guion bastante vulgar, sin muchos problemas, simplemente para pasar un rato de evasión sin otro interés, que resulta más pasable gracias al buen reparto.
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