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CRITICA
Por: PACO CASADO
El esperanzador comienzo de "Lo verde empieza en los Pirineos", merced a unos oportunos chistes de Manolo Summers, no tiene luego continuidad en una cinta que se queda, como todo el cine de Vicente Escrivá en una curiosa mezcla de comercialidd y afán de decir cosas.
Por eso, el director de "Aunque la hormona se vista de seda" o de "La curiosa", busca una temática que sea comercial y un tiempo de cierta importancia, centrado sus tiros en ese éxodo entre patético y ridículo que cada vez más españoles realizan más allá de los Pirineos, en busca de películas y emociones fuertes.
Y lo que podría haber sido crítica auna situación hipócrita, análisis jocoso de una situación absurda, Escrivá lo reduce a otra comedieta más de las muchas del cine español, aunque, eso sí, con ciertas gotas de moraleja para que se note que el film lleva su firma.
Realizada con vulgaridad y cierta profesionalidad, gran parte del gancho comercial de "Lo verde empieza en los Pirineos" reside en sus intérpretes, todos ellos bien conocidos, que se limitan a dar su acostumbrado tipo, encabezados por un López Vázquez que hace lo que puede, pero al que cada vez se le notan menos ganas de papeles cómicos.
Color aceptable y música fácil terminan de completar lo que podía haber sido una crónica ocurrente de un hecho de aquí y de ahora, de la sociedad española de los años setenta, y que se queda sólo en correcto producto taquillero como tantos otros similares..
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