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CRITICA
Por: PACO CASADO
Rodeado por su público, Eddie Constantine ha vuelto a las pantallas, para deletirar una vez más a su público, una hinchada como se diría en términos deportivos. Pero lejos de cualquier previsión el público que gusta de Constantine no está formado por elementos femeninos sino por hombres a los que por lo visto satisface ese personaje fuerte, de apariencia sencilla y vulgar, conquistador, y vencedor en todos los lances que se le presentan.
El caso de Constantine es curioso desde el punto de vista sociológico.
Desde el cinematográfico que es el que ahora nos preocupa, las películas de Constantine no pasan de ser productos comerciales fabricados en serie.
Los guionistas se pliegan ya a las exigencias del género: peleas a puñetazos, rasgos de astucia e inteligencia, algún que otro exhibicionismo femenino...
La intriga es siempre la misma, y todos sabemos cómo resultará la cosa. Sin embargo el juego no deja de ser ameno y, si como en este caso, el director conoce el oficio, pues nos encontramos ante una obra vulgar que nunca aburre.
Como ya hemos dicho, el director conoce el oficio y realzia a un ritmo rápido, sabiendo eludir y preparar los necesarios "gags". Constantine está como siempre, al tener muy trillado su personaje y los demás actores en un discreto plano de mediocridad si exceptuamos a Elisa Montés que está francamente mal.
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