|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El título de esta producción intriga de entrada al espectador tras el que se esconde una trama de espionaje, de raptos y rescates, de réplicas y contraréplicas, el mundo de la alta intriga, de los movimientos misteriosos a través de las fronteras, las cancillerías de los gobiernos y las embajadas.
Se trata de esa guerra fría de la que nos hablan a diario los periódicos en estos momentos que el cine explota hasta la saciedad.
Salvo en el caso de los jóvenes pertenecientes al movimiento del Free cinema, el cine inglés carece con frecuencia de garra y de un verdadero mordiente.
Siempre resulta muy acadénico y atildado, sin un sólo fallo, pero es desangelado a la hora de contar una historia, lo que hace que no acabe de convencer.
'Ipcress' (1965) es una historia de espionaje en la que a fuerza de querernos intrigar resulta algo confusa y complicada para la comprensión del espectador.
De pronto se ha desatado en Inglaterra una crisis de cerebros científicos de renombre mundial que han abandonado su trabajo, aquejados todos ellos de un vacío de memoria, de una especie de amnesia que les imposibilita ejercer el trabajo de la investigación.
El servicio secreto de Londres toma cartas en el asunto y encarga al coronel HL Ross la puesta en marcha de una operación en la que va a ser pieza fundamental el agente Harry Palmer, un hombre de modesta graduación, dedicado hasta ahora a unos servicios rutinarios que se enfrenta a su propia burocracia mientras investiga el lavado de cerebros de los científicos británicos, lo que le hace sospechar de ser prescindible.
Así Palmer va a trabajar junto con el comandante Dalby, jefe del contraespionaje, y su misión será la de vigilar a un tal Grandy, dedicado a robar piezas maestras, que luego vende al mejor postor.
El guion se basa en la novela de Len Doighton que trata sobre la eterna intriga del investigador sobre el que los guionistas han montado una intriga bastante simple que luego el director convierte en complicada a base de angulaciones, encuadres extraños y un ritmo lento y opresivo, pero con toda la buena intención de Furie de hacer una obra cinematográficamente válida, aunque su labor no pasa de ser un ejercicio meramente caligráfico desproporcionado para este tema.
Imitando a Alfred Hitchcock acumula travellings, tomas con cámara a mano, primeros planos para provocar terror en el espectador que desconoce lo que hay más allá.
Harry Salzman, el productor de la serie de películas de James Bond, promovió aquí un nuevo modelo de espía: cínico, sin escrúpulos, más bien rebelde y con cierta tendencia homicida, según sus superiores, pero muy eficaz e implacable en su labor.
Este personaje es el llamado Harry Palmer, protagonista luego de os títulos más, Funeral de Berlín (1966) y El cerebro de un billón de dólares, (1967) pero sin duda que esta primera fue le mejor de las tres.
La sofisticada puesta en escena de Sidney J. Furie y la muy cuidada y extraordinaria fotografía en color de Otto Heller, que resulta de los mejor del film, coadyuvan a una producción de buena factura que está alcanzando un gran éxito comercial más que apreciable.
La música aporta con su repetitivo tema, compuesto por John Barry, un cierto valor a esta cinta.
Aquí se pone de manifiesto que en Michael Caine hay un actor británico de aire intelectual que hasta ahora era prácticamente casi desconocido.
'Ipcress' (1965), le ha convertido en uno de los galanes antiheróicos más notable de estos momentos, lo que no quiere decir que posteriormente su carrera pueda sufrir altibajos.
Su personificación del frío y minucioso Harry Palmer le condiciona notablemente y debe tener cuidado de no encasillarse en personajes muy determinados, pero su duelo interpretativo con otro de los más grandes actores británicos como Laurence Olivier en La huella (1972), muestra la riqueza de su registro interpretativo.
Hay que señalar en esta historia la presencia de Gordon Jackson, el mayordomo de la serie televisiva Arriba y abajo, como compañero de fatigas de Harry en esta peligrosa aventura.
En resumen, una película bien contada, con buena fotografía, apreciable música y corrección técnica en general.
Bafta al mejor film británico, dirección artística y fotografía. Premio Edgar Allan Poe al guion. Premio Laurel de oro.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE