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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine italiano no atraviesa un buen momento. Las grandes figuras tanto detrás como delante de la pantalla se han ido retirando poco a poco y eso se nota.
Los jóvenes que les han sustituido no tienen la fuerza de antaño y esto hace que no vuelva a recuperar el nivel de otros tiempos.
En esta ocasión, una de las grandes figuras, como es Sophia Loren, vuelve casi en solitario, con el añadido de su hijo Edoardo Ponzi, interpretando un drama a la antigua usanza.
Una madre soltera, camarera de hotel, que ha tenido varias aventuras amorosas, fruto de las cuales ha tenido u nhijo que quedó ciego a los dos años a consecuencia de una caída desde un tercer piso, decide operarle.
Para ello necesita dinero y recurre a los hombres que la amaron para solucionar el drama de su hijo y devolverle la vista.
La película está pensada exclusivamente para la estrella a la que se le notan ya los años, pero que no ha perdido la clase y la veteranía que le da su experiencia.
La película en este sentido no aporta nada nuevo, el drama se va desarrollando sin estridencias, sin caer en exceso en lo sentimental y con algo de picardía en algunos instantes, llevado a cabo con más artesanía que otra cosa por parte de la dirección y con un previsto final feliz desde el mismo comienzo de la cinta..
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