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CRITICA
Por: PACO CASADO
Alan J. Pakula se planteó esta sórdida pero vistosa película de una forma visual que sin que fuera original, ni descubriera nada nuevo, tuviera un aire diferente lleno de frescura a través de la realización.
La desaparición del pequeño pueblo de Tuiscarora de Tom Gruneman, un famoso ingeniero amigo de John Klute que no parece haber dejado el más mínimo rastro, aunque alguien tuvo que haberle visto vivo por última vez.
Este detective se encarga de buscar a este hombre desaparecido, aunque no tiene experiencia en estos casos, tras ardua investigación, por fin encuentra una pista, la conexión con Bree Daniels, una prostituta de Nueva York, que resulta ser el hilo que puede ayudarle en su investigación ya que esta muchacha, de vida alegre, sabe algo de este asunto, a la que Tom le escribió varias cartas.
Con tan leve pista comienza a penetrar en la oscura trama de esta intrigante historia.
Esto lleva a este investigador privado a entrar en contacto con Bree Deniels, una call-girl, una prostituta que concierta sus citas habitualmente por teléfono, a la que le había dirigido esa carta, que le introduce en los bajos fondos de la ciudad de Chicago, aunque ella en principio se niega a hablar con él.
A lo largo del desarrollo de la narración asistimos al proceso de la regeneración de esta chica.
Otras dos call-girls son asesinadas en el transcurso de la investigación y las pistas le llevan hacia un sádico criminal al que tendrá finalmente que enfrentarse.
Klute, frío, tenaz, luchará contra la resistencia inicial que le ofrece la muchacha hasta, al final, ganársela y salvarle la vida del peligro que la amenazaba.
Film en el que, bajo el aspecto de una trama policiaca, se ofrece una crítica de costumbres, presentando los viejos vicios de los bajos fondos y la indiferencia con que la sociedad asiste a las miserias que encierra.
La forma policiaca empleada en la búsqueda no es más que el pretexto para estudiar las reacciones de los personajes y llegar hasta el fondo de sus almas.
Junto a esto mezcla también las confesiones a la psiquiatra de la protagonista Bree Daniels, extraordinariamente bien interpretada por Jane Fonda, para mejor conocer así al personaje principal de esta historia.
Esto puede que en algunos momentos sea innecesario que incluso se preste a dar una cierta confusión al relato, pero encontrando así la válvula de escape para no contar la narración de manera totalmente lineal.
Al mismo tiempo Alan J. Pakula nos va mostrando también algunos rincones de la sociedad que no quedan al margen de la crítica que se hace de ellos.
Película de indudables aciertos, junto con algunos otros defectos, posiblemente inevitables, como una cierta monotonía en la narración en algunos momentos, tal vez puede que motivada por el escaso número de personajes que intervienen, pero sin embargo está narrada sin efectismos ni afectación.
Una mención especial merece la interpretación de Jane Fonda, digna hija de su padre el gran actor de Hollywood, que la hizo acreedora a la máxima recompensa de la Academia de Hollywood, el Oscar y el Globo de oro.
El resto de los actores le siguen de forma ajustada y no desmerecen de la actuación de la hija de Henry Fonda y en la misma línea está la fotografía de Gordon Willis y la música de Michael Small.
Oscar, Globo de oro, Fotograma de plata, premio de los críticos de Kansas City, de Nueva York y de la sociedad de críticos americanos a Jane Fonda. Premio Image a Donald Sutherland y Jane Fonda. Premio Gotham.
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