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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la historia de una pareja compuesta por Shelby John y Ruby Red que desean dejar de ser drogadictos y emprender una nueva vida juntos comenzando desde cero.
Él es un chico trabajador pero consume heroína y ha arrastrado también a su novia a ello.
Ambos viven en Waycross, un pueblo en el que existen algunos problemas con los traficantes de drogas, entre los que el veterano sheriff Church trata de mantener la paz y que no alboroten ni molesten mucho a los habitantes.
No obstante antes de poder cumplir Ruby su deseo de ser bautizada en el río, limpiar sus pecados, olvidarse de la mala vida y el consumo de drogas, un día Shelby descubre que ha encontrado la muerte debido a una última sobredosis.
Shelby, que también era un adicto a los opiáceos, se recupera y busca vengarse de los traficantes que fueron los responsables de venderles las drogas que ocasionaron la inesperada muerte a Ruby, su prometida.
Él le sigue la pista a los traficantes y a su vez el sheriff va tras sus pasos para hacer justicia antes de que se tome la venganza por su mano.
Es una historia que no tiene nada de original, que hemos visto en un buen número de películas con un esquema similar, ya sea con el mismo motivo u otro similar.
Tiene una primera parte digamos tranquila en la que vamos conociendo a los personajes, incluso con algún flash back por parte del sheriff que recuerda que también un hijo suyo murió por la misma causa lo que le motiva aún más a la hora de aplicar la ley contra los traficantes, mientras que en la segunda entra de lleno en la acción de la venganza y da lugar a una violencia desmedida con algunas escenas duras y en las que los enemigos caen como moscas.
El guion se basa en una historia original de Adam Taylor Baker que se ha prestado a colaborar con Chris Sivertson a la hora de confeccionarlo, cuya trama no se ha propuesto más que hacer un film de acción que logre mantener la atención del espectador y que le haga pasar un buen rato, si es amante de las producciones de este género.
El protagonismo recae en el actor Jack Huston, una estrella emergente en ascenso, en el personaje de Shelby que comparte con Robert de Niro como el sheriff, con actuaciones más secundarias de la guapa actriz Willa Fitzgerald encarnando a Ruby y del veterano John Malkovich en el papel nada extravagante como suele ser en este actor en el personaje de Peter un pastor que es hermano de ella.
El productor Randall Emmett con más de un centenar de títulos en esta función, debutó en la dirección de un largometraje con Tras la pista del asesino (2021) y ahora nos ofrece el segundo de su filmografía, rodado con bastante corrección, en el que hace un trabajo eficaz en este sentido, que va directo al objetivo que se ha marcado desde un principio.
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