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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine de terror sigue recurriendo a todos los elementos a su alcance para provocar el miedo en el espectador.
En esta ocasión el elemento son las serpientes que llevan además aparejado la posible repugnancia que el reptil pueda aportar.
Esta vez se ha procurado unir dos fórmulas de éxito, experimentadas en otras tantas películas.
Por una parte el film recuerda a "Tiburón", ya que la aparición de una cobra gigante y varias serpientes de cascabel provocan el pánico en una pequeña población en la que un potentado va a inagurar un canódromo y no quiere que el hecho le estropee el negocio.
Por otro lado hay ciertos toques que recuerdan a "El exorcista" en cuanto que la cobra gigante se dice es la encarnación del diablo y también se suma un sacerdote por medio que media para lograr su destrucción.
Con estos elementos se crea una película de serie sin otros atractivos que los apuntados, con una realización modesta, un desarrollo del tema un tanto convencional, con algunos sobresaltos y puntos de suspense no demasiados conseguidos, y la mayoría de las veces poco convincentes.
La realización es discreta y recuerda los seriales televisivos no sobresaliento los desconocidos intérpretes por su trabajo.
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