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CRITICA
Por: PACO CASADO
Consagrado con títulos como 'Grupo salvaje' (1969), 'Perros de paja' (1971), 'La huida' y 'Pat Garret y Billy The Kid' (1973), nos vuelve a mostrar en esta película, que sufrió algunos cortes en su estreno español, su cara más violenta.
Sam Peckinpah es un hombre original de estilo propio e indudable fuerza en su cine, que ha logrado otras obras memorables como 'Duelo en la Alta Sierra' (1962), Mayor Dundee (1965) o La balada de Cable Hogue (1970), en el comienzo de su carrera.
El título viene dado por la exigencia de un despótico, poderoso y rico cacique mexicano que quiere ver muerto a quien ha violado a su hija adolescente que ha quedado embarazada.
Toda la historia gira en torno a la búsqueda de este hombre por cuya cabeza ofrece la recompensa de un millón de dólares, lo que hace que varias personas vayan tras su captura, entre ellos Benny, un pianista de bar americano, en compañía de su novia, una antigua despechada amante de García.
El itinerario a seguir está lleno de peligros, de aventuras sin fin, de violencia y de amor.
Estos son los ingredientes del cine habitual de Sam Peckinpah, un cineasta que trata de imponernos la violencia cada vez con mayor realismo para así adjurar de ella.
Ni que decir tiene que si bien la anécdota se cuenta pronto y que tal vez no diera para mucho, a pesar de que ha sido estirada y por ello pierda el ritmo en ocasiones, el gran conocimiento que tiene el director del oficio fílmico, la notable dirección de actores y el manejo de las canciones dentro del argumento, hacen que logre una interesante cota de interés desde el punto de vista artístico, pero siempre en su cine hay un gusto exagerado por la crueldad, las muertes espectaculares, los personajes y las situaciones con escenas muy bien realizadas.
Esto queda patente en este film, que parte de una idea original muy buena, de Frank Kovalski y el propio Sam Peckinpah, que hubiese dado de sí una obra maestra en manos de John Huston, pero que Sam Peckinpah malogra en parte introduciendo personajes y situaciones que resultan poco convincentes.
Con su gusto por las matanzas y las muertes, la cinta está plagada de tiroteos a cámara lenta, con un montaje preciosista y pausado, pero no exento todo ello de grandeza en muchos momentos.
Tiene un buen trabajo del veterano Warren Oates, actor duro, preferido por este director en contraste con la actriz mexicana Isela Vega, con momentos de genuina ternura entre ambos.
La brutal película resulta así una especie de resumen de lo bueno y lo malo de este director, indudablemente personal, que es Sam Peckinpah.
Film interesante que hay que ver para continuar con la obra de este notable director norteamericano.
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