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CRITICA
Por: PACO CASADO
Al director Gérard Pirès siempre le hemos conocido haciendo comedias costumbristas francesas del corte de 'Erotissimo' (1969) o 'Tú de día, yo de noche' (1973), en las que consiguió un cierto estilo y una corrección notable en sus logros.
Ahora le vemos cambiar de género al hacer esta película 'La agresión' (1975) que no deja de tener, al menos en sus comienzos, bastante resabios de cine negro galo, aunque después se remansa y deriva en cierto modo a ese cine más intimista que trata de escudriñar en el alma de los personajes, pero sin llegar a una excesiva profundidad en su empeño.
Pero paradójicamente el film cuando mejor funciona es al principio, cuando más tiene de cine negro, de cine de acción que es precisamente el que menos ha hecho hasta hora Gérard Pirès.
La primera media hora del comienzo es de auténtico cine, de ese cine que pone en tensión constantemente al espectador, que descansa cuando ésta ha terminado, relajándose en la butaca.
Es en esos momentos cuando el señor Paul Verlin, un hombre de negocios, viajando junto con su mujer y su hija por una autopista para marchar de vacaciones, son atacados y agredidos por tres motoristas que consiguen acorralarlos y echarlos a la cuneta y atacarlos brutalmente.
Cuando él despierta de la inconsciencia provocada por la tremenda paliza que le propinan, ambas mujeres han sido violadas y asesinadas durante el violento choque.
Valin, junto con su cuñada Sara, que viaja desde Inglaterra al lugar de los hechos, tratarán de vengarlas e inician su particular investigación introduciéndose en los círculos de motoristas.
Se inicia de manera sensacional, pleno de ritmo que pone al espectador en tensión desde las primeras escenas
Es una lástima que ese mismo nervio empleado en las primeras secuencias no continúe en el resto de la trama, que se remansa, laguidece y va perdiendo fuerza aunque no por ello deje de interesar la forma en que el marido logrará desenmascarar y probar la culpabilidad de los que cometieron el atropello, aunque baja considerablemente de calidad, sobre todo al final cuando los guionistas, basándose en la novela The shrewsdale exit, de John Buell, se inventan un asesino para justificar toda la investigación que ha llevado a cabo la pareja protagonista, que no deja muy satisfecho al auditorio.
Gerard Pires es un correcto director que sabe sacar buen partido a un tema cuando tiene un guion entre manos que le responde.
Aquí cuenta con una buena pareja de actores Catherine Deneuve y Jean-Louis Trintignant que se comporta con arreglo a su categoría lo que pone un atractivo más a esta historia.
El resultado es una cinta correcta pero sin alardes.
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