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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el año 2009 las mujeres de una aislada comunidad religiosa menonita, muy conservadora, al margen del progreso de la civilización, situada en Bolivia, luchan por reconciliar su realidad con su fe, ante el suceso de ocho hombres que drogaron y violaron mientras dormían a más de un centenar de mujeres.
Este es el cuarto largometraje de la actriz canadiense Sarah Polley como directora, que debutó como tal con 'Lejos de ella' (2006) protagonizado por Julie Christie al que siguió 'Coge este vals' (2011) interpretado por Michelle Williams, actriz a la que acabamos de ver hace dos semanas en 'Almas en pena de Inisherin' (2022), dirigida por Martin McDonagh, 'Stories we tell' (2012) y ahora 'Ellas hablan' (2022).
El guion está mal estructurado, en el que apenas se nos presenta a los personajes y prácticamente no se sale de la misma ubicación, un granero, por lo que debido a la gran cantidad de diálogos y poca acción, bien podría ser representado en un escenario teatral.
Está llevado a cabo por la propia Sarah Polly, que tiene por base la novela de la escritora, también canadiense y menonita, Miriam Toews, publicada en 2019, que cuenta un hecho real sucedido en el año 2009, momento en el que se plantea esta historia, en el que más de un centenar de mujeres fueron drogadas y violadas por ocho hombres, que han sido apresados, pero más para reservarlos de la ira desenfrenada de las propias mujeres que están dispuestas a todo, que por el delito cometido, en espera de juicio.
Es poco menos que increíble que en pleno 2022 siga existiendo una colonia en la que a las mujeres no se les permite de niñas aprender a escribir y leer, por lo que son incultas y analfabetas totales.
Ellas se reúnen en asamblea para qué decisión tomar si perdonar a los hombres y dejar que sigan las cosas como están, si quedarse y luchar o si finalmente irse en busca de una vida mejor, ya que tienen esperanza en lo desconocido, puesto que es mejor que el odio a la familia.
El problema que se les plantea ante su acendrada religiosidad es que según el pastor, son excomulgadas si abandonan la comunidad y de esa manera no podrán acceder al Reino de los Cielos a la hora de su muerte.
La película está realizada en un tono cansino y repetitivo, en el que durante prácticamente todo el metraje se desarrolla en el cobertizo del granero con apenas unas escenas en exteriores de los niños jugando.
El reparto está constituido prácticamente por mujeres con las más destacadas actrices del cine independiente encabezado por Rooney Mara, en el papel de Ona, de la que está enamora Austin, el maestro, Claire Foy como la rebelde Salomé y unas breves intervenciones de la veterana Frances McDormand, siendo prácticamente la única representación masculina la de Ben Whishaw como Austin.
La fotografía tiene una tonalidad de colores apagados, desaturados, casi grises, rozando el blanco y negro, que denotan la tristeza en que se vive en esa comunidad.
Nominada al Oscar al guion adaptado y película. Premio AARP a Judith Ivey. Premio AFI mejor film del año. Premio Critics Choise al guion adaptado. Premio Espíritu independiente al reparto. Premio en el F. de Heartland. Premio del público en el F. Mill Valley. Premio NBR al film y al reparto. Premio a la dirección en Palm Springs. Premio Aurora en el F. de Tromso. Premio Liuna en el F. de Windsor.
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