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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hace algún tiempo cayó la supremacía de Walt Disney en el cine de animación y surgieron otras productoras como Dreamworks o Pixar que fueron capaces de presentarles la batalla y en esa lucha hicieron que surgieran otros métodos como la animación por ordenador en tres dimensiones o el digitalizar los movimientos de actores captados después en la pantalla y transformados en personajes animados.
En esa línea está esta nueva producción de Tom Hanks que ya hizo lo propio por 'Polar Express' (2004).
Ahora desciende al mundo de los animales más pequeños para darnos una nueva lección de protección del medio ambiente y otras virtudes a practicar por los seres humanos.
Esta es la historia de Lucas Nickle, un delgado niño de 10 años, con gafas, al que otros chicos mayores del barrio le acosan y maltratan, donde no tiene amigos ya que acaba de mudarse al barrio.
Frustrado por ello, paga su enfado con los seres más pequeños de su jardín delantero, como son las hormigas, destruyendo así sus hormigueros inundándolos con su pistola de agua.
Hartas de ello crean una poción mágica que le reduce a su tamaño y es sentenciado por la Hormiga Reina a convivir con ellas y aprender sus costumbres, si quiere recobrar algún día su libertad.
Entre tanto es condenado a trabajos forzados en las ruinas para la colonia.
Esto le hace vivir la gran aventura de su vida al tiempo que aprende un bonito mensaje social de respeto y civismo, de la amistad, la convivencia, la importancia de la realización del trabajo en equipo para el bien de la comunidad y la defensa de la colonia.
El argumento no es muy original y recuerda por lo de la reducción a 'Cariño he encogido a los niños' (1989) o a otros precedentes de la animación como 'Hormigaz' (1998) o 'Bichos, una aventura en miniatura' (1998), pero tiene a su favor un guion inteligente, bienintencionado, que es un buen ejemplo de cine para toda la familia ya que resulta tan agradable para los niños como para los mayores.
El director de 'Jimmy Neutron' (1998), John A. Davis, cinta con la que debutó, después de cinco años, vuelve y apuesta por un concepto de animación personal e intransferible con un cine fácil para todos y muy recomendable.
Premio Artios al mejor largometraje de animación de la Sociedad de Casting de América para Ruth Lambert.
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