|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Es ciertamente una lástima que esta obra póstuma de un director como Claudio Guerin Hill no refleje lo que éste llevaba dentro e incluso había demostrado conocer de un arte tan complejo como es el cine, a través de los trabajos realizados para la pequeña pantalla de la televisión.
Hombre maduro, a pesar de su juventud, que se había trazado un firme camino a seguir y que lo hacía con voluntad de hierro, que podía llegar muy lejos en el cine.
Pero la temprana muerte le cerró el paso momentos antes de terminar 'La campana del infierno' (1973) dejándola inconclusa, tan sólo faltaba una secuencia que se encargó de hacer Juan Antonio Bardem, pero no pudo hacer el montaje.
Por ello podemos decir, en cierto modo, que a la película le falta la firma, como si de un cuadro se tratara.
Al film le falta una de las cosas más importantes y personal como es el montaje, algo imprescindibles en las obras de Claudio Guerin, ya que su trabajo estaba cuadriculado, medido hasta el último centímetro, exacto fotograma a fotograma y eso no estaba escrito en el mal guion de Santiago Moncada.
Eso se lo llevó Claudio a la tumba y nunca será posible reconstruir lo que nos había dejado hecho, sabía pensar en cine yeso es una rara habilidad que muy pocos poseen.
Sabía contar una historia, dar ritmo a las imágenes, montar la secuencias para imprimir fluidez a la acción y elegir los encuadres más adecuados.
Ese trabajo suyo de dirección que es de las únicas cosas que funcionan en la cinta, porque Claudio tenía, como pocos realizadores españoles un buen sentido de lo cinematográfico y sabía pensar una historia en cine y trasladarla así a la pantalla.
No e vano era particularmente admirador y amante del cine norteamericano, del clásico, del de los grandes directores, de los que sabían contar una historia sumando lo comercial y lo cinematográfico para hacer de ello un arte como trataba de hacerlo Claudio Guerin.
Algo de ello había en su anterior película 'La casa de las palomas' y ello y mucho más falta en 'La campana del infierno' (1973).
No se concibe cómo un hombre tan inteligente como Claudio Guerin admitió dirigir un guion tan desastroso, tan malo, tan incoherente y fallido como este firmado por Santiago Moncada, uno de los guionistas que más prestigio ha adquirido en los medios cinematográficos en los últimos tiempos, que se ha rodeado de una falsa aureola, tan nefasta, que hace fracasar a un veterano como Juan Antonio Bardem con La corrupción de Chris Miller como a un joven de la talla de Claudio Guerin con 'La campana del infierno' (1973).
Su historia es artificiosa, truculenta, llena de tremendismo, jugando siempre con lo macabro de forma innecesaria, al límite de lo prohibido y ensañándose en los más bajos instintos del ser humano, llegando a veces a detalles del mal gusto de una mente sexualmente pervertida, resultando ineficaz, falsa, llena de efectismo.
De nada sirve que Claudio supiera elegir los mejores encuadres, situar a los actores en el lugar exacto, dirigirlos como pocos actores saben hacerlo en nuestro cine, logrando bellos efectos de luz, color y una brillante fotografía de Manuel Rojas o la matizada partitura musical de Adolfo Waitzman si en definitiva no había una historia que contar.
El posible ejercicio de estilo a la manera de Alfred Hitchcock que podía haber supuesto este film se ha quedado en nada.
En el capítulo actoral el que más nos gusta es Alfredo Mayo, actor que ya había trabajado a sus órdenes en el episodio de Los desafíos, siguiéndole en importancia el trabajo que hace la veterana Viveca Linford y la joven Maribel Martín.
Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo al mejor actor Alfredo Mayo y al mejor logro técnico.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE