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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando vimos la anterior producción de Alain Corneau, 'Policía Python 357', que nos gustó bastante, pensamos que allí había un buen director de cine que, de alguna manera, tomaba el relevo sobre un género, el del cine negro, de buen tradición en Francia.
Ahora nos llega esta su tercera película y nos confirma la impresión que tuvimos con la anterior.
Junto con Daniel Boulanger, prestigioso guionista, ha ideado una compleja historia policiaca que le hace salir un poco de lo corriente.
Un hombre tras abandonar a su amante por una mujer más joven, se ve envuelto en una auténtica pesadilla kafkiana.
Sin que haya ningún crimen, tan solo un suicidio, se complica a dos personas que son inocentes, primero a una y después a la otra, que al final pagan justos por pecadores, cuando no habían cometido ningún delito, pero las circunstancias es hacía parecer culpables.
Casi podríamos decir que en este largo film de casi dos horas, hay varios e interesantes relatos, para constituir un todo unitario.
Es la historia de una mujer celosa que complica a una pareja con su suicidio.
La chica que aparece como culpable siendo inocente.
La historia de demostrar su inocencia al parque se inculpa para ello a otro personaje, y el desenlace final en Canadá que es casi otra cinta, con nuevo plan y mecanismo casi de relojería de por medio.
Muchos de los espectadores cuando van al cine se quedan con la simple anécdota, aquí aun que esto ocurra, tiene al menos diversión asegurada.
Pero al mismo tiempo tienen calidad cinematográfica en las imágenes de Alain Corneau, quien está siempre pendiente del relato, con una gran habilidad en enlazar unos planos con otros, con economía en la narración, con justeza en los actores, destacando el veterano Yves Montand, con quien ya hizo su película anterior, la actriz canadiense Carole Laure, que después volveríamos a ver en )Quiere ser el amante de mi mujer?, y Marie Dubois.
Su afición al jazz le lleva a incluir una muy adecuada partitura de Jerry Mulligan, un gran saxo que también era el autor de la extraordinaria banda sonora de (Quiero vivir!.
En definitiva un gran film de cine negro, un género que parecía que se estaba perdiendo, pero con Alain Corneau parece que vuelve a renacer con fuerza.
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